Las residencias de la ciudad cuentan con una notable lista de espera para poder optar a una plaza y el propio Concello de Contas así lo evidenció: los mayores gallegos tardan casi dos años en acceder a una plana en una residencia. En su último informe presentado este pasado viernes en el que apunta que los dependientes gallegos deben esperar en total 607 días para beneficiarse de una plaza de atención residencial y, entre tanto, la carga de los cuidados de estos mayores enfermos recae sobre las familias.

Para aliviar este arduo y sacrificado trabajo, la Xunta puso a disposición de estos cuidadores un programa de "respiro familiar". Con él se busca que el cuidador habitual pueda disponer de unos días para su descanso, mantener su vida social, familiar y de ocio o para solventar situaciones de emergencia que se le presenten, mientras que la persona a la que cuidan es atendida adecuadamente en un centro residencial.

Para ello se han reservado un determinado número de plazas para acoger a personas mayores dependientes durante un tiempo concreto -un fin de semana o un periodo máximo de 15 días-. Junto a este programa también existe otra modalidad, que se conocer con el nombre de plazas de estancia temporal en residencia, en la que el tiempo de estadía de los mayores dependientes se puede ampliar a un mes.

Sin embargo es tal la demanda en las residencias que del centenar de solicitudes de plazas de estancia temporal y respiro familiar solo se aprobaron 19. Mientras para el programa de estancia temporal la demanda triplica la oferta, en el caso del programa de respiro familiar es mucho peor: de las cerca de 70 solicitudes, las concedidas no llegan a la decena.

Así lo suscribe la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer y otras demencias (Afaga), que se hizo eco del malestar de las familias ante esta situación. "Las familias se han quejado porque si les surgen un problema puntual, como puedo ser una operación o cualquier otro evento no tienen con quién y dónde dejar a la persona que cuidan", admiten desde la asociación.

¿El motivo? La elevada demanda de mayores para optar a una habitación en un centro residencial provoca que se cubran todas las plazas y que por lo tanto no puedan ofrecerse para estancias temporales o respiro familiar, apuntan desde Afaga. "Antes no era así, funcionaba bien pero con el crecimiento de la demanda se han cubierto todas las plazas en los centros", lamentan.

Reconocen que en la gran mayoría de ocasiones, estas plazas de estadía temporal se solicitan por "necesidad". "Es importante también que se pueda compatibilizar la vida del cuidador habitual con esta labor que casi te absorbe las 24 horas del día", explican desde Afaga, que sostienen que en los casos en los que sí se han concedido el aviso llegada con "dos o tres días de antelación", encontrándote en una situación de "incertidumbre". "Si tienes una citación necesitas saber con más antelación si te van a conceder la plaza o no, esto no te permite hacer previsiones. Es muy poco probable, en vista de la situación actual que te la concedan, pero tu necesitas organizarte", añaden.

Estatuto del cuidador

Desde la asociación demandan que se garanticen más plazas para poder cubrir esta necesidad, si bien temen que la situación pueda ir a peor. "Cada vez hay más personas mayores, las familias son también más pequeñas por lo tanto hay menos disponibilidad de personas para convertirse en cuidador. Se puede convertir en un grave problema para la sociedad, los derechos del cuidador deberían estar regulados en un estatuto del cuidador, y que se creen sistemas para otorgarles recursos de descanso y apoyo", concluyen.