La investigadora Ana Varela, que cuenta con un contrato en la UVigo, se especializó en demencia a raíz de su colaboración con la Asociación Afaga y decidió cruzar sus estudios de Lingüística y Comunicación al ámbito social, más concretamente a esta enfermedad. Así elaboró una tesis -dirigida por Fernando Ramallo- que ha defendido el pasado mes de abril que versa sobre el dominio de la comunicación en personas con demencia. El objetivo pasaba por detectar y evaluar los déficit de coherencia en sus discursos y elaborar una guía con ejercicios que ayuden a su ralentización.

Para ello, Varela se centra en aquellas cuestiones que la persona con esta enfermedad todavía preservada para estudiar e incidir en ellas. "Elaboré un protocolo para saber lo que estaba preservado en una persona con demencia, normalmente lo que ya está perdido no se puede recuperar. Lo importante es detectar lo que no está deteriorado para poder trabajar en ellos", explica la investigadora del grupo GRADES.

Tras más de una veintena de análisis y encuestas, llegó a la conclusión que "la que más afectada es la contextualización, utilizar las palabras adecuadas con una persona adecuada o el conocimiento compartido, que muchas veces es la causa de que el discurso nos parezca incoherente", explica la investigadora. Sin embargo, destaca, " hay persona que aunque no son capaces de producir frases o palabras porque han olvidado como se hace, sí saben la alternancia de turnos, te responden con sonidos o con palabras que se acuerdan, es un patrón que adquirimos desde la infancia y permanece más tiempo".

Su colaboración con la asociación le llevó a decantarse por esta temática para su tesis doctoral, en la que espera seguir avanzando. "Empecé a interesarme por la psicolingüística, y busqué cómo aplicarla al ámbito social, contribuir con la sociedad de alguna manera. Como los casos de demencia son tan altos y solo va a ir a más nos pareció que podía ser muy interesante aplicar la lingüística a un campo como el de las personas con demencia", narra Ana Varela, quien pudo observar de primera mano durante su trabajo en Afaga.

"Yo colaboro todas las semanas en talleres con personas con demencia, y trabajamos muchos aspectos, entre ellos el lenguaje. Pero esta un poco olvidado, sobre todo por falta de medios y tiempo, el campo de la pragmática, que es el uso adecuado de la lengua en un contexto. Como las personas con demencia tienen muchos problemas de orientación personal, espacial o temporal, estas habilidades están bastante dañadas, tanto en el estadio inicial como intermedio de la enfermedad".

Reconoce Varela que este trabajo debe partir de conocer cómo uno produce el lenguaje. "Poder estar entrenando estas capacidades pragmáticas les va a permitir ser coherentes o comunicarse bien durante más tiempo. Y es muy importante porque la lengua es el vehículo con el que trasmitimos nuestras emociones, sentimientos o necesidades y si no somos capaces es una situación muy frustrante", advierte.

¿Y que expectativas de futuro tiene esta técnica? "Muchos expertos del campos del discurso ya realizan análisis de las interactuaciones con sus familiares para poder hacer guías y facilitar así las conversaciones", razona la joven investigadora de la Universidad.