Apasionado, inquieto y con la frescura de un autodidacta que, a pesar de su reconocido prestigio internacional, tiene claros sus orígenes. Miguel Ángel Belinchón (Jaén, 1979), más conocido como "Belin", se vio eclipsado por la grandeza del arte al contemplar de niño la obra "Los Elefantes", de Salvador Dalí. Ahí comenzó a escribir su propia historia como artista plástico.

La obra de Belin está influenciada por artistas del pasado: el cubismo de Picasso, los colores de Matisse y el espíritu de Keith Haring. No obstante, él mismo ha creado una nueva vertiente denominada "postneocubismo", una yuxtaposición de estilos.

Actualmente goza de gran reconocimiento mundial gracias a su amplio currículum (ha pintado para firmas como Dockers, Carhartt, Sephora y para profesionales del tatoo como Kat Von D) , y Vigo tiene el placer de regalarle una parte de sí para dotar de vida sus calles. Esta intervención forma parte del festival artístico Vigo Ciudad de Color, promovido por el Concello. Con su obra "Guerra y Paz", situada en la medianera de la calle Aragón nº 198, Belin puso ayer el broche de oro al Vigo urbano más estético.

El jienense no había estado en Vigo en ninguna otra ocasión. La propuesta que recibió y las ganas por plasmar su obra en un mural fueron su motor. "El programa artístico se interesó por mí. Les envié una idea, un boceto, y lo aceptaron. Me apetecía convertir ese cuadro en un mural, ¡lo necesitaba!", confiesa Belin, cuyas raíces le vinculan con el arte urbano.

El cubismo se impregna en la piel de Vigo

El cubismo se impregna en la piel de Vigo

Esta modalidad permite que las creaciones pictóricas puedan ser admiradas por cualquiera, al contrario que tratando el arte como símbolo de opulencia, de escaparate de poder al que solo una minoría tiene acceso. "Pintar en la calle o en tu estudio aportan energías diferentes. Mientras que en el estudio trabajas con todas las comodidades, la calle hace que tu proceso creativo sea diferente. Utilizas un espacio mucho más amplio, tu cuerpo se mueve de otra manera, existe el factor climático", argumenta. A esto añade "la oportunidad" de este arte porque además de simpatizar con el ciudadano, "es que tu obra puede ser contemplada por todo el mundo, mientras que, en un museo, la entrada es más exclusiva. Ahora no tienes por qué ir a una galería para contemplar arte, basta con salir a la calle".

En opinión de Belin, "por suerte" la concepción del arte urbano está cambiando su acogida, "ya no connota un acto vandálico", afirma. Un cómplice de la progresiva desaparición de este estigma es el apogeo de la red social como mecanismo promocional. Por ejemplo cita Instagram, "que permite sacar a relucir tu obra y llegar a más gente, pero también provoca una pérdida de referentes porque todo el mundo se considera artista". Belin insiste en que la relación talento-seguidores no siempre es directamente proporcional, y la capacidad crítica no puede perderse..

"Guerra y Paz" es el título que Belinchón dio a la pieza que armoniza el hiperrealismo de una mirada duplicada bañada en una explosión de colores. Guerra refiere la "lucha interior que tiene una persona que no alcanza sus sueños por su carencia de apoyo externo. Es una mirada al frente, triste, que atraviesa. La segunda mirada, en cambio, denota paz porque es capaz de avistar un futuro", apunta.

La firma de Belin pone la guinda a la III Edición de Vigo Ciudad de Color, gracias al que ya coexisten 46 murales repartidos por las esquinas de la ciudad.