El edificio Albo hace honor a su nombre tras la limpieza de su fachada. Hace semanas, los andamios cubrieron por completo las diez plantas de este histórico inmueble. Esta mañana, la estructura ya había sido retirada y los curiosos se detenían unos instantes en los alrededores para redescubrir su figura y alabar su nuevo tono. Como si lo contemplasen por primera vez. Sus paredes se habían ennegrecido con el paso de los años y el efecto del intenso tráfico que soportan las calles Gran Vía, Urzáiz y Lepanto.

Uno de los elementos que más miradas concentra es la réplica de la escultura clásica la Victoria de Samotracia, realizada por Jesús Picón. Reluce en la cumbre del edificio, dejando atrás los años sombríos en los que apenas se percibía su monumentalidad.

El Edificio Albo se contruyó entre 1942 y 1949, siguiendo los planos de Francisco Castro Represas y Pedro Alonso, dos auténticos renovadores de la arquitectura olívica. De estilo racionalista y con elementos neobarrocos, el inmueble destaca por su forma escalonada y gran verticalidad.