2.600 kilómetros, 50 días de ruta, tres países, duros puertos de montaña y muchos pedales. Esto es lo que le espera al equipo de Discamino, una asociación que ha ayudado desde 2009 a más de 130 personas discapacitadas a disfrutar de 35 rutas de peregrinación, en su nueva aventura con Roma como destino.

El pasado domingo, parte de las 11 personas con diversidad funcional que forman el grupo, salieron de Vigo en furgoneta para iniciar la aventura hasta Italia, un país desde el que volverán en bicicletas adaptadas con la meta de que el 2 de septiembre puedan hacer su entrada triunfal en la Plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela.

Entre los participantes destacan algunos muy jóvenes, como una pequeña ciega de tan solo nueve años que hará varias etapas desde León con algunos familiares.Entre las partes que recorrerán, se encuentran puntos como el de Cruz de Ferro y O Cebreiro, populares por su gran dificultad.

José María Díaz, que se presenta como Chema, es un veterano en iniciativas como esta. A pesar de las dificultades que le limitan (desde hace 11 años tiene daños en el cerebro y está ciego de un ojo a causa de un glaucoma), ya recorrió los 800 kilómetros que separan Roncesvalles de Santiago.

"Tengo daños cerebrales y por eso no tengo equilibrio ni estabilidad ninguna pero fui aprendiendo a convivir con ello. Entreno varias horas todos los días en casa en la bicicleta estática y ejercito brazos y espalda para afrontar lo que me proponen", explica.

Díaz irá en furgoneta hasta Roma y desde ahí hará las etapas correspondientes hasta llegar a Francia, donde otro compañero le dará el relevo.

"Recorreré más de 700 kilómetros pedaleando en unos 13 días. Cuando participo en estas cosas me demuestro a mí mismo que no hay tanta discapacidad, sino mucha capacidad, tanto mía como de la familia entera de Discamino", asegura.

Para que Chema pueda completar hazañas como la de llegar a Roma, son esenciales personas como Fernando Molares, uno de los pilotos de Discamino.

Lleva tres años en la organización pero se confiesa nervioso antes de empezar el viaje como si fuese su primera experiencia.

"Estoy como un flan. Podemos hacer esto porque las bicicletas son triciclo, el piloto es el que lleva la tracción, la dirección y los frenos y el copiloto, que va delante, te ayuda si sus limitaciones se lo permiten", puntualiza. Pasadas las 15.00 del domingo todos partieron hacia Benavente, donde recogieron a Iván Bragado, un exfutbolista al que le detectaron hace tiempo un tumor cerebral y que será el único que hará la ruta completa desde Vigo hasta Roma y de Italia a Galicia en su bicicleta adaptada.