Frente a la problemática que se vive con la petición telemáticas de certificados, la situación en otras cuestiones que son competencia del Registro Civil ya está normalizada. O en vías de ello. Durante el paro no se pudieron tramitar expedientes matrimoniales y las únicas bodas que se celebraban en los juzgados de Vigo eran las que ya estaban señaladas antes del 7 de febrero. Hubo enlaces que corrieron riesgo de suspenderse. Pero finalmente esto no ocurrió. Todos pudieron celebrarse. En los casos en los que había más peligro de un aplazamiento, por acercarse la fecha del evento, se aceleraron los expedientes para evitar este contratiempo.

Junto a la sección de matrimonios, la normalidad ya prácticamente ha vuelto asimismo a la de nacionalidades. La atención al público también vuelve a ser la habitual tras las largas colas de después del paro.