El máximo responsable de la Feria del Libro de Vigo, Xurxo Patiño, resaltó el éxito de los autores vigueses en los días que permanecieron abiertos los stands en la calle Príncipe y el entorno de la Porta do Sol. El evento se cerró con una valoración positiva con respecto al año pasado, según manifiesta Xurxo Patiño, responsable de la librería Librouro y presidente de la Federación de Libreros de Galicia.

De la feria, destaca que tuvo más afluencia que en otras ediciones, hecho que achaca a la nueva ubicación de los puestos. "El tiempo acompañó", añade. Pese a todo, el director de la Feria pone el acento sobre el lugar de celebración. Asegura que "la Porta do Sol es una mejor ubicación a nivel comercial", y si bien la Alameda es "más agradable", reconoce que hay mucha más gente que va de paso por Príncipe. Todavía sin datos en la mano, Patiño se ve capaz de afirmar que las ventas fueron mejores. "Cumplimos las expectativas holgadamente", afirma.

Una de las cuestiones sobre las que el presidente de los libreros gallegos hace hincapié es el enorme éxito de los autores vigueses a nivel nacional y su presencia en la Feria de este año. A la cita no faltaron Ledicia Costas o Antonio García Teijero, ganadores en 2015 y 2017, respectivamente, del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. También volvió a Vigo María Oruña, autora de Donde fuimos invencibles, y Amara Castro, que ya va por la tercera edición de su novela Con esto y un bizcocho, (ganadora de un premio Círculo Rojo).

Del libro en gallego, Patiño declara que le va mejor en ferias que en librerías, ya que "la Feria tiene esa voluntad de dar a conocer al libro en gallego en igual medida que el resto". El más destacado fue Camiñar o Vigo vello del vigués Pedro Feijoo, que triunfó con sus roteiros por el Casco Vello. Sobre esta actividad, Patiño subraya que las plazas se cubrieron el primer día de feria.

Los otros best sellers de la Feria, según Patiño, son La desaparición de Stephanie Mailer, del suizo Joël Dicker; Historias de Vigo, de Jorge Lamas; Puerto Escondido, de María Oruña, o Las hijas del capitán, última novela de María Dueñas.

Como novedad, Patiño cuenta que este año, los libreros llevaron a autores a sus puestos, igual que sucede en la Feria del Libro de Madrid. Normalmente, en Vigo, se hacía en una caseta destinada a esta actividad. Las firmas, según Patiño, continúan constituyendo un reclamo para el lector, ya que todavía gusta el "contacto de proximidad con el autor". Además, asegura que esta Feria de Libro batió un récord de autores asistentes. "Había autores firmando sin parar", afirma.