El Concello inicia los trámites para desbloquear un proyecto urbanístico en Samil paralizado hace años por la anulación del Plan Xeral de 2008 y la entrada en vigor del anterior, de 1993. Urbanismo está a punto de enviar a la Xunta el estudio necesario para poner en marcha la maquinaria administrativa y lograr la ordenación provisional de la zona. En el informe, los técnicos municipales desgranan las consecuencias de la aplicación del PXOM de 1993 y argumentan que si se desbloquea el entorno podría construirse un nuevo vial que aliviaría el tráfico del entorno de la playa y permitiría recuperar espacios en la franja costera. Una vez la Xunta analice el estudio, sus técnicos deberán emitir un informe medioambiental y otro urbanístico para que la tramitación regrese a Praza do Rei. En total, desde Urbanismo confían en que la ordenación provisional pueda estar lista dentro de un año o año y medio.

La zona que pretende desbloquear el Concello la integran en realidad tres ámbitos distintos, todos situados cerca de Avenida de Samil. En total suman una superficie de 138.900 metros cuadrados, de los que más de 110.000 m2 se corresponden con suelo edificable. El espacio reservado para equipamientos supera los 7.100 m2, habrá 20.000 m2 de zonas verde y se alcanzarán las 763 plazas de aparcamiento. Los usos previstos del suelo son el residencial y hotelero.

Una de las grandes novedades del proyecto es que contempla la construcción de un nueva carretera de 21.800 m2, con una capacidad similar a la del vial que ya opera: dos carriles por sentido. Desde Urbanismo señalan que el objetivo es crear un vial alternativo a Avenida de Samil, que transcurra en paralelo a su trazado y que permita recuperar espacios en la franja costera. Se reduciría así el tráfico de vehículos en el entorno de la playa.

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El desarrollo de las urbanizaciones correría a cargo de los promotores privados interesados, que además deberán realizar la nueva carretera. La infraestructura complementará la avenida actual y ayudará a agilizar el paso de vehículos en una zona que dispara su tráfico en verano. El proyecto permitirá paliar también otro de los grandes problemas de Samil durante los meses de más calor: la falta de aparcamiento. Entre los tres ámbitos se alcanzarán casi 800 nuevas plazas.

Entre las tres áreas -de suelo urbano no consolidado-, la de mayor tamaño es la situada detrás del apartahotel, que engloba una superficie total de 139.000 m2. De ellos casi el 90% (53.400) se corresponde con suelo edificable. En ese punto se ubicarán 550 plazas de estacionamiento, se reservarán 9.600 m2 para zonas verdes y otros 4.000 para equipamientos. Los dos restantes ámbitos rondan los 39.000 m2 de superficie total y reservan 5.000 para zonas verdes. Una de ellas, la que se extiende por la parte posterior de la sala Palmera -hacia Baixada de Samil-, dispondrá de algo más de un centenar y medio de plazas de aparcamiento.

Al menos una parte de la franja que ahora se quiere desbloquear llegó a tener muy avanzada su tramitación, que se vio interrumpida a finales de 2015 por la sentencia del Tribunal Supremo que anuló el PXOM 2008. De hecho, días antes del fallo judicial los impulsares de una de las urbanizaciones habían firmado el acuerdo final de reparto de parcelas. La decisión del supremo frenó sin embargo el proyecto, que contemplaba la construcción de 90 pisos en cuatro edificios de seis plantas y 75 chalets adosados y pareados, además de 70 plazas de aparcamiento. El coste estimado de la urbanización era de cuatro millones de euros.

Ahora el Concello busca aprobar una ordenación provisional que coincida con la prevista en el PXOM de 2008. El objetivo es desenrocar la situación urbanística del ámbito y dotarlo de un nuevo vial que ayude a agilizar el tráfico. La tramitación podría demorarse cerca de un año y medio.

La carretera y las urbanizaciones no son el único proyecto en el futuro de Samil. A finales de mayo el Concello sacó a la venta el viejo hotel que lleva el nombre de la playa por un precio de 2,1 millones de euros. El operador que se haga con el terreno deberá construir un nuevo alojamiento con una inversión que rondaría los 12 millones de euros. El objetivo es dotar al barrio de un establecimiento de categoría que armonice con el entorno y pueda abrir sus puertas -según el calendario previsto- en 2020.