El año 1968 no fue uno más en la historia de Vigo. Hace ahora cincuenta años el Celta ascendió a Primera división, el alcalde Rafael Jesús Portanet y el por aquel entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, inauguraron el Hotel Samil y Vitrasa comenzó su andadura como la empresa encargada del transporte urbano de la ciudad. La concesión llegó tras un pleno rodeado de polémica y la presentación de la primera flota tuvo lugar en la explanada del Náutico ante la gran expectación de los vigueses. Hoy, medio siglo después, la compañía es uno de los referentes nacionales en el transporte de pasajeros y todos sus vehículos son 100% accesibles.

A lo largo de estas décadas Vitrasa no ha sido ajena a los avances tecnológicos. Su flota cuenta desde el año 2006 con pantallas a bordo que ofrecen partes meteorológicos, información sobre el tráfico y las paradas y noticias de actualidad. Además, la compañía fue pionera en Galicia en ofrecer Wifi gratuito a todos sus usuarios y en instalar cargadores USB para teléfonos y otros dispositivos electrónicos. Comprometida con el cuidado del medio ambiente, todos los vehículos que ha ido incorporando a la circulación cuentan con motores menos contaminantes que los de otras ciudades del país.

La actual concesionaria se estrenó en las calles de Vigo con 16 lineas de largo recorrido para las que contaba con 30 autobuses y 2 microbuses. El primer día de servicio el billete fue gratuito para todos los usuarios, mientras que a partir de la segunda jornada el precio se fijó en 2,50 pesetas. Medio siglo después, la persona que no tenga la nueva PassVigo deberá abonar 1,35 euros cada vez que se suba a uno de los vehículos. La primera gran novedad llegó tan solo un año después del estreno, cuando Vitrasa incorporó los primeros autobuses articulados.

En 1975 la compañía se instaló en la que actualmente es su sede oficial, en San Andrés de Comesaña, donde además tiene el taller de reparación y las cocheras. La década de los 80 también estuvo cargada de novedades como la aparición del bono-bus, el primer gran descuento del que disfrutarían todos los vigueses. Además, en 1986 la firma tiñó toda su flota de un color rojo intenso que permaneció casi una década, cuando se cambió al verde que lucen actualmente todos los autobuses urbanos de la ciudad.

En 1992 los vehículos ya gozaban de aire acondicionado y se inauguraron las rutas a la Ciudad Universitaria, hoy en día unas de las más demandadas los días laborales. Desde entonces, la concesionaria no ha dejado de evolucionar y adaptarse a las nuevas tecnologías, lanzando su propia página web y una sofisticada aplicación móvil para informar sobre el estado de sus líneas.

Ahora Vitrasa debe afrontar un nuevo reto. El Concello anunció este mes de abril que sacará a concurso la concesión del transporte público olívico antes de su vencimiento oficial el 8 de junio de 2020. Apenas una semana después, el director general de la compañía, Juan Carlos Villarino, avanzó que optarán a renovar la concesión municipal.