La escritora galleguista y feminista María Xosé Queizán (Vigo, 1939) lleva toda su vida entregada a las letras, vaciando sus "principios" en decenas de textos y nadando a "contracorriente" en un ambiente que, muchas veces, no se "lo ha puesto fácil". "Tuve que pagar un precio muy grande por rebelarme, por eso no entré en la Real Academia Galega", ha manifestado.

En una entrevista concedida a Europa Press, a propósito de un reciente homenaje del mundo feminista y coincidiendo con la publicación de sus memorias en octubre y el premio Lois Peña Nieto, la escritora ha reconocido que no ser académica es el "precio que hay que pagar" por ser una persona que "no sabe callar". Un precio, ha dicho, "muy alto".

Muchas de sus amigas la definen como "mujer combativa", como ella misma ha recordado, y rememoró que su abuelo vaticinó la línea que seguiría toda su vida: "Moriría por sus convicciones". La propia Queizán admite, entre risas tímidas, que es "una persona incómoda, directa y cruda", como la propia "realidad".

Además, está convencida de que esta cualidad suya "no le gusta a todo el mundo" y hay quien puede sentirse "incómodo" con "sus verdades", como ella misma asegura que "se demostró hace muchos años" cuando "tenía que haber entrado en la Real Academia Galega", lo que no dudó en calificar como "un castigo por escribir lo que se supone no hay que escribir".

Los violadores hacen lo que el resto

Durante la conversación con Europa Press, Queizán también ha repasado algunos asuntos de actualidad, como la puesta en libertad de los miembros de 'La Manada' y ha advertido, como columnista que es también, que no debería darse voz a ningún integrante de ese colectivo, condenado por abusos sexuales. Darles esa oportunidad sería un "problema grave", bajo su punto de vista.

"Ya sabemos que son gente normal, son normales en sus trabajos, con sus amigos y su mamá y su papá que los quieren mucho", ha dicho, pero ha matizado que esto no es "incompatible" con su condición de "miserables", "capaces de unirse, meter a una chica en un portal y violarla".

Queizán se pregunta "qué pasa por la cabeza de los jueces para tratarlos tan bien". Considera que un "acto de violencia" no puede basarse en el "consentimiento" para ser juzgado, porque "los que violan no hacen cosas distintas de las que practican el resto de hombres con las mujeres" y, muchas veces, "el consentimiento es aprendido".

8-M: punto de inflexión

Para romper con la "decepción y desacreditación" que transmite "la justicia", el feminismo tiene un "papel protagonista" y, según la escritora, que tantas veces ha empoderado a la mujer en sus obras, "el 8 de marzo fue un punto de inflexión enorme" en el que "se reunieron muchas generaciones". Y a partir de ahora, ha dicho, "todo irá para arriba", ya que, ha agregado, "este gobierno socialista trabajará a favor del feminismo".

María Xosé Queizán también se ha referido a los movimientos reivindicativos de las mujeres periodistas, que participaron activamente en la manifestación del 8 de marzo o que han secundado los 'Viernes negros'. "Las profesionales se están poniendo en su sitio", ha remarcado y ha sentenciado: "Siempre tuvo que haber rebeldía para conseguir cambios, aunque a veces se pierdan cosas".

Al preguntarle por aquello que nunca se debe dejar escapar, la autora no duda en sostener, ante todo, "la democracia". "Debe defenderse con uñas y dientes y no ceder ni un milímetro", ha apuntado Queizán, una mujer que nació al término de la Guerra Civil y creció en un régimen dictatorial, "donde la mayoría de las mujeres fueron analfabetas hasta 1979", ha recordado, "momento en el que se implantó una ley de enseñanza obligatoria para los dos sexos".

"El feminismo no necesita revisarse"

Preguntada sobre la necesidad de revisar el feminismo blanco hegemónico, la escritora ha reivindicado "la importancia del feminismo de vanguardia europea" y ha añadido que el feminismo "no necesita revisarse", ya que "siempre hubo sociedades más avanzadas que otras".

En este sentido Queizán entiende que colectivos minorizados "como las negras y las gitanas" son las que deben "revisarse" y, a su parecer, "adaptarse al mundo occidental para seguir avanzando y no ir marcha atrás" porque "no hay nada de malo en ser progresista", afirma.

La autora, de 79 años, cree que todas la mujeres "deben unirse a la causa feminista" y compara la lucha actual con los movimientos afroamericanos por los derechos civiles en Estados Unidos, momento en el que "toda la sociedad, personas blancas y negras" se reivindicaron y "consiguieron progresos gracias a la democracia", ha añadido.

Con este ejemplo, critica la falta de apoyo que se dio en el 8M desde el colectivo afro, ya que considera que éste "no es momento de matarse las unas a las otras", sino que ellas "deben adaptare a nuestro mundo".

Memorias de 79 años intensos

En el mes de octubre la escritora publicará sus memorias "de toda una vida" y, conforme a sus valores, está segura de que "incomodará en todos los ámbitos", incluso en el "literario".

Al preguntarle si dejará ver a una María Xosé Queizán hasta ahora escondida, solo desvela que "la novedad absoluta" radica en "una forma de escribir descarada, cierta y que no oculta nada" lo que, además, "entra en consonancia con el feminismo actual, el que dice las cosas claramente".

El feminismo con el que se identifica Queizán es el que sentencia que "nuestro placer no depende del órgano sexual masculino" y que "el follar", entendido como la colonización sexual de las mujeres y primera forma de opresión hombre-mujer, "se va a acabar", advierte.

Estos "principios y valores" son los que conforman a una mujer de armas tomar que recientemente recibió un homenaje en Vigo, donde "150 mujeres" la recibieron "con mucho cariño y afecto", ha rememorado, después de toda una vida promulgando "historias incómodas", como así ha reconocido en esta entrevista.

A propósito de las emociones de ese día, la autora se siente "recompensada con la vida", sobre todo con los mensajes que le hicieron llegar sus compañeras en el encuentro y resalta, especialmente, el siguiente: "esta es la Academia de María Xosé Queizán".

Aunque la libertad siga siendo cara, ella cuenta su "verdad" y tener la oportunidad de hacerlo "muestra el valor" de su "rebeldía" en una "novela por entregas" que se publicará en octubre.