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Veiga achaca las trabas en el PIF de Leixões a que exigió a la UE "igual rigor que en Vigo"

Denunció a la Comisión Europea por no garantizar inspecciones homogéneas en los países miembros -"Ahora sí podremos recuperar la carga desviada a Portugal", dice el presidente

El nuevo depósito de contenedores, listo para ocupar en julio n Prace Servicios y Obras está a punto de concluir -como refleja la imagen- el acondicionamiento de la antigua parcela que abandonó la petrolera Repsol en Areal (junto al PIF). Adjudicada en 230.146 euros, la obra en estos 4.200 m2 permitirá a Progeco completar el desmantelamiento del recinto de contenedores ubicado en la avenida de Guixar. Esta empresa ya trasladó un buen número de depósitos al otro emplazamiento alternativo, en la terminal Ro-Ro. Ricardo Grobas

Las trabas que ahora sufren en el PIF de Leixões los importadores que abandonaron Vigo escaldados de tantas cortapisas en el puesto aduanero de Guixar podrían tener su origen en las protestas formalizadas por la Autoridad Portuaria ante altas instancias comunitarias. Para su presidente, Enrique López Veiga, "no cabe ninguna duda" de que en particular la denuncia contra la Comisión Europea presentada ante el Tribunal de Justicia Europeo (TJUE) por su "inacción" a la hora de velar porque los controles sean igual de rigurosos en los estados miembros provocó el "inédito" celo que aplican desde hace unas semanas los inspectores lusos en el control de contenedores de perecederos.

Como publicó FARO, intermediarios de mercancías fletadas por importantes empresas viguesas han constatado un "cambio de actitud" en la labor supervisora de los funcionarios del PIF de la terminal de Oporto. "Ponen problemillas que antes eran impensables", como lo resumió Juan Uhía, portavoz de la patronal transitaria gallega, y que a otros agentes afectados les recuerdan a los impedimentos que padecían cuando importaban por Guixar. De ahí que varios de ellos, esperanzados por el replanteamiento de los controles en Vigo, ya se propongan el regreso ante la que sospecha del "final del coladero de Leixões ".

Para López Veiga lo que sucede ahora en Oporto supone una victoria indeseada, en el sentido de que la metodología inspectora de Portugal era a su juicio "la más conveniente" por su claridad en la gestión documental y agilidad en el despacho de la mercancía. Estas fueron las ventajas que provocaron el desvío a Leixões de 40.000 toneladas de pesca congelada, una "fuga ilógica", en palabras del presidente portuario, por tratarse de contenedores con destino Vigo que además resultar más caro descargarlos en Portugal resulta al margen incluso del transporte por carretera desde Oporto. "No podíamos consentir que lo no se permitía en Vigo en Portugal sí, porque la obligación del Puerto es asegurase de la igualdad en las inspecciones", expone López Veiga.

Contra el criterio de Llorca

Con esta disposición comenzó la batalla en Bruselas muy a pesar del entonces presidente de Puertos del Estado, José Llorca, partidario de "no meterse con Portugal". Así que primero solicitó a la Dirección General de Salud y Seguridad Alimentaria de la Comisión Europea (DG Sante) "un análisis comparativo" de las inspecciones en ambos puertos. Y ante el nulo resultado de este intento, López Veiga interpuso "una demanda de recurso por omisión" ante el TJUE para recordarle los deberes a la Comisión Europea (CE) "en tanto guardiana de los tratados".

A este tribunal, en concreto, se solicitó "asegurar que la CE cumpla con su obligación de velar por la aplicación uniforme de las disposiciones comunitarias por todos los Estados miembros, que actúe para garantizar una aplicación uniforme de la normativa europea en cuanto a las importaciones de productos de origen animal provenientes de países terceros en todos los Estados miembros y que homogeneice las normas que regulen estos controles".

En su argumentación del litigio, el Puerto asegura que comparando los trámites y la aplicación de la misma normativa europea en Vigo y Leixões "llama la atención el consentimiento implícito de la Comisión Europea de la aplicación divergente de las normas de importación de productos de origen animal por Estados miembros en casos muy concretos como son los contenedores de productos pesqueros congelados provenientes de China llegando a Vigo y a Leixões (Portugal), todo ello teniendo un impacto negativo en la competencia leal entre los Estados miembros".

Por eso el repentino celo de los inspectores lusos no es fruto de la casualidad para Veiga "sino a los recursos contra la propia Comisión Europea por inacción". "Sin duda ninguna", afirma tajante el presidente dispuesto ya a retirar la demanda "si la CE continúa vigilando para obligar a Portugal a ser más rigurosos". Y está convencido de que será lo que ocurra, por eso expresa su "plena confianza" en que, gracias al nuevo protocolo documental en el PIF de Guixar, "poco a poco en Vigo iremos recuperando la carga desviada a Portugal".

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