El Mercado de A Pedra empieza a ver la luz al final del largo, enrevesado y oscuro túnel en el que entró en octubre de 2014, cuando la macorredada de la "Operación Cuarzo" contra la venta de prendas falsificadas dejó decenas de puestos clausurados. La asociación de comerciantes acordó ayer en asamblea la que, para su presidente, Alfonso Méndez, es "la fórmula que da viabilidad" al recinto: ofrecer cerca de 15 puestos ahora cerrados y sin actividad a nuevos vendedores, ajenos al célebre mercado.

Con la medida el colectivo busca dos grandes objetivos. El primero es relanzar un recinto emblemático que languidece, en gran medida, debido a los puestos que permanecen clausurados a cal y canto desde hace tiempo. Méndez explica además que la llegada de "savia nueva" aportará ideas para el espacio, obligado a replantearse si quiere recuperar el pulso.

La segunda ventaja de la medida es que las aportaciones que hagan los nuevos comerciantes que lleguen a A Pedra inyectarán dinero en las arcas de la asociación. Con esos fondos la entidad podrá atajar su deuda acumulada, que debido a los impagos que arrastra desde hace meses ronda ya los 80.000 euros, otra pesada losa en el camino para relanzar el recinto.

La quincena de puestos que cambiarán de manos pertenecían a antiguos vendedores que han decidido desligarse de ellos a cambio de que la asociación les condone sus facturas pendientes. Desde hace tiempo uno los grandes problemas de A Pedra no es solo que un número significativo de antiguos comerciantes se negase a retomar su actividad; también les lastraba el hecho de que muchos de esos autónomos habían dejado de pagar su parte de los gastos comunes, como la electricidad, el agua, el canon municipal, la seguridad, las facturas administrativas... Lo que ha ido engordando su débito.

Méndez reconoce que la decisión de abrir las puertas del mercado para que puedan entrar comerciantes de fuera es novedosa y rompe, en cierto modo, con la tradición del recinto; pero insiste en que es la vía para que A Pedra despierte del "estado comatoso" en el que lleva años sumida. En 2017 en la nave central se llegaron a hacer reformas y a unificar locales con el fin de reactivar el mercado. Sin embargo gran parte de los negocios seguían con las verjas bajadas, lo que lastró la imagen del recinto y dificultó el intento por relanzarlo. A día de hoy, de hecho, A Pedra no registra apenas actividad comercial.

Una situación que el presidente del colectivo confía en que cambie en breve plazo. Los planes de la asociación pasan por ofrecer la quincena de puestos de inmediato para que los nuevos vendedores puedan arrancar su actividad cuanto antes y el recinto recupere poco a poco el pulso. Ayer Méndez no descartaba que A Pedra pueda empezar a reactivarse antes de varias semanas, a tiempo para aprovechar la temporada de cruceros.

La quincena de puestos que recibirán "savia nueva" se concentran en su mayoría en la nave principal del mercado, situada en su planta superior. Quedaría aún por "desenrocar" la situación de otra media decena -explica Méndez- que permanecen en la vía judicial. Quienes accedan al mercado podrán explotar sus puestos durante al menos unos 12 años, que es el tiempo que le queda a la concesión sacada en su momento por el Concello. Ayer la entidad aprobó también sus presupuestos anuales de 2018.