El gobierno local estima que en el plazo de un año ya no deberían quedar en el ámbito del Barrio do Cura edificios abandonados a los que se pueda acceder desde el exterior. El alcalde avanzó ayer que se trabajará de la mano del fondo propietario del suelo para agilizar las licencias para derribar las construcciones en ruinas y que, en aquellos casos en los que no se pueda aplicar la piqueta, como sucede con la antigua capilla del asilo de Pi y Margall, se optará por tapiar la entrada y los ventanales. Parte del problema de seguridad en la zona de Torrecedeira procede de este espacio próximo que lleva más de una década esperando por un desarrollo urbanístico y Abel Caballero confía en que actuar sobre estas edificaciones en mal estado contribuirá a restablecer la normalidad en todo el barrio.

"Vamos a proceder a iniciar los derribos al tiempo que se tramita la ordenación del nuevo proyecto", avanzó el regidor ayer por la mañana tras explicar que la primera fase de la reactivación del Barrio do Cura consistirá en echar abajo parte de las construcciones abandonadas salpicadas por esos más de 25.000 m2 de terreno comprendidos entre Romil, el Paseo de Alfonso y O Berbés. Estos trabajos "empezarían como mucho en doce meses" puesto que este es también el tiempo que se estima necesario en Praza do Rei para completar la tramitación de una modificación del Plan Xeral de 1993 que dé cobertura a la actuación de Autonomy Global Opportunities, propietaria de más del 80% del suelo y que mantiene la inversión en alrededor de 130 millones de euros.

No se podrá actuar de inmediato sobre las casas de los márgenes que todavía están ocupadas y con cuyos propietarios aún se está negociando la compra. Y tampoco se demolerá la fachada de piedra de la antigua capilla, que está protegida y habrá que desmontar piedra a piedra, recordaba ayer Caballero, por lo que en este caso se optará por tapiar su acceso principal por el que acceden a diario personas para resguardarse.

La reactivación de Barrio do Cura es una de las patas importantes que marcará la recuperación del Casco Vello y la zona de Torrecedeira, donde el alcalde se compromete a mantener vigilancia policial permanente "el tiempo que haga falta" y donde reclamó ayer la implicación de la Comisaría de Vigo para movilizar agentes de la Policía Nacional en refuerzo de la Local y los agentes de paisano destinados allí para resolver "tensiones puntuales". Lo que quiso dejar claro ayer el alcalde es que hay usuarios del albergue "que no generan ninguna tensión" y que los problemas de seguridad proceden de otros puntos localizados "que todos conocemos".

En su intervención dio a entender que el problema está detectado y defendió la puesta del gobierno vigués con fuertes inversiones en esta zona, poniendo como ejemplo la reconfiguración del Parque Camilo José Cela donde se derribaron ya las pérgolas y se talarán algunos árboles para despejar todo el espacio y dar más seguridad. Se reforzó la seguridad y a nivel de limpieza insistió en que toda la parte pública se mantiene a diario, señalando un punto concreto entre el parque y la bajada a O Berbés privado y que debe ser atendido por sus propietarios.