Satisfacción, optimismo, esperanza contenida... La vuelta a la vida del proyecto del Barrio do Cura gracias al acuerdo alcanzado entre el Concello y una sociedad privada despertó ayer expectación entre los vecinos, hosteleros y comerciantes de la zona. Unos y otros confían en que se dé el impulso "definitivo" a la rehabilitación de la manzana, que acumula años de abandono en pleno centro de la ciudad.

"Somos muy optimistas. Que la urbanicen, construyan vivienda, parques... generará actividad y será fabuloso para la zona", explica Helena Alonso, presidenta de la asociación de comerciantes de Pi y Margall, colectivo que integra a cerca de 38 establecimientos repartidos por el entorno. Su optimismo es compartido, en mayor o menor medida, por los vecinos y negocios próximos al Barrio do Cura.

"Ahora la gente, los turistas, suben por el Casco Vello y se encuentran con un ámbito depauperado", comenta la presidenta de la Asociación de Hosteleros y Comerciante del Casco Vello, Itos Domínguez, quien aboga por completar la rehabilitación del entorno con la reforma de la Panificadora: "Sería un cambio impresionante para el centro". Desde Pi y Margall, Alonso va más allá y señala incluso los "problemas de seguridad e insalubridad" que padece el Barrio do Cura en a día de hoy. Atajarlos no solo permitiría recuperar una zona clave de la fachada marítima; reforzaría además el atractivo para los turistas y cruceristas. "Ahora mismo es como si hubiese un corte en esta zona", reflexiona Alonso.

La Asociación Veciñal do Casco Vello reconoce que el interés de la nueva promotora y la posibilidad de que el Barrio do Cura se rehabilite tras años de abandono ha generado expectación. "Era sin tiempo... Esperamos que esta sea la definitiva", explica Fiz Axeitos, representante de los residentes del casco histórico. A pesar de que el colectivo insiste en la necesidad de atajar los problemas de "limpieza y salubridad" de la manzana, recibe con "cautela" el proyecto para el entorno del antiguo asilo.

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Barrio do Cura: el interior del antiguo asilo en imágenes

"Somos cautelosos con la noticia. Está claro que algo hay que hacer en esa zona, pero tenemos que ver qué se plantea exactamente. Ahora mismo es un punto con maleza, abandonado... y en ese sentido la noticia es maravillosa, pero necesitamos tener el proyecto claro", explica Axeitos. La asociación incide en varios aspectos: cómo se planteará la accesibilidad del Barrio do Cura, sus servicios y muy especialmente el aparcamiento.

"Ahora mismo ya falta espacio de estacionamiento", recuerda el representante vecinal antes de advertir de que si las viviendas que se edifiquen no vienen acompañadas de plazas suficientes esa carencia se agravará. El plan de 2014, que es en esencia el que plantean retomar la promotora y el Concello, contemplaba entre 300 y 400 viviendas y unas 1.200 plazas de aparcamiento, con dos parkings para los edificios, uno para el área comercial y otro de cerca de 200 plazas para residentes del Casco Vello.

La Asociación de Comerciantes del entorno de Pi y Margall coincide en reivindicar más espacio para estacionar, pero centra su atención en otro punto a mayores: el área destinada a negocios. El plan de 2014 contemplaba -en una superficie total de 23.564 m2-, una plaza pública de 5.000 m2, viviendas, equipamientos, un parque... Y un área comercial de unos 12.000 m2.

Alonso explica que a los establecimientos del barrio les "preocupa" el impacto de ese espacio y espera conocer más en detalle el proyecto. "Estamos a la expectativa", admite la portavoz de los negocios que se reparten por la zona. Al igual que Domínguez, Alonso apuesta también por completar la rehabilitación del entorno con la mejora de la Panificadora. Sumados ambos ámbitos al de Beiramar, en pleno proceso de recuperación -la Universidad, por ejemplo, abrirá una sede en O Berbés-, Vigo lograría recuperar una pieza clave de su fachada marítima, en pleno corazón urbano y una "tarjeta de presentación" para los cruceristas.