Un joven que afronta dos años de cárcel acusado de robar un televisor en un motel vigués se declaró ayer inocente. No negó que hubiese estado en el establecimiento, pero por motivos distintos. "Soy cliente habitual; vivo con mis padres y voy allí para tener intimidad con mi pareja; tendrán mis huellas en la ventana porque suelo abrirla para ventilar la habitación", afirmó el chico en el juicio, negando la autoría del hurto.

Los hechos ocurrieron el 6 de mayo de 2014. En un ventanuco del baño de la habitación donde fue el robo se encontraron cinco huellas dactilares y una palmar. La Policía Nacional no halló coincidencias hasta el 2017, tras una detención del joven hoy acusado. Dos de las dactilares y la palmar correspondían con el chico.

El fiscal mantiene que, tal y como estaban esas huellas, solo son compatibles con alguien que accedió trepando desde el exterior. Mantuvo la acusación. La defensa pide la absolución: dice que es lógico que haya huellas del joven por ser cliente del hotel y destacó que hay otras sin identificar.