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Los quebrantamientos de condena crecen y se sitúan ya entre los juicios más frecuentes

Son el segundo ilícito más juzgado en las salas de lo Penal de Vigo solo por detrás de las lesiones y maltrato - Le siguen las estafas, los robos con fuerza o violencia y los hurtos

Los asuntos que llegan a las oficinas de los Juzgados de lo Penal son un reflejo de la conducta delictiva en la ciudad. Y entre ellos hay una tipología que está ganando terreno convirtiéndose en un habitual en las salas de vistas: los quebrantamientos de condena.

Desde incumplimientos de órdenes de alejamiento, comunicación o medida cautelar hasta por ejemplo de la pena de arresto domiciliario. Estos ilícitos, castigados con penas de prisión, se han convertido en el segundo delito más habitual en las salas penales, solo por detrás de las lesiones dolosas o maltrato. Así, en lo que va de año, los tres juzgados asumieron 37 procedimientos de esta naturaleza, todavía lejos de los 60 registrados por peleas o agresiones.

Dentro de esta tipología de delito, denominado como delito contra la Administración de Justicia -también incluye las denuncias falsas- destacan los incumplimientos de las órdenes de protección entre ex parejas, infringiendo la prohibición de comunicarse con su mujer o ex mujer a través de WhastApp, llamadas, correo electrónico, etc., o rebasando la distancia impuesta por sentencia por la que no puede aproximarse a su pareja, lugar de trabajo, residencia....

Esta pasada semana, un varón se sentó en el banquillo de los acusados al quebrantar esta orden y enviarle a su pareja una flores con una nota en la que le decía ser "la mujer de su vida" . La Fiscalía, en su escrito de acusación, solicitaba inicialmente una pena de 10 meses de prisión.

Pero no todas son hacia parejas o exparejas. En febrero, un septuagenario vigués fue multado con 2.700 como autor de un delito de quebrantamiento de medida cautelar por romper el alejamiento con respecto a una adolescente sobre la que habría cometido unos presuntos abusos que todavía no han sido juzgados. El varón habría estado observándola detrás de unos matorrales e incluso la abordó mientras conducía ofreciéndole preservativos.

La modificación o alteración de los dispositivos de control y seguimiento -más conocidos como pulseras electrónicas- también incurre en un delito de quebrantamiento de condena castigado también con penas de prisión.

Los arrestos domiciliarios son otra modalidad. Esta localización permanente exige al condenado no salir de su vivienda el tiempo estimado en sentencia por la jueza. La Policía o Guardia Civil se pasan varias veces y a distintas horas por el domicilio del condenado para comprobar que se encuentra o no cumpliendo el arresto domiciliario, incurriendo por lo tanto en este quebrantamiento.

Otros delitos

Si bien estos ilícitos se encuentran entre los más frecuentes, hay otros cuya comisión se ha visto reducida. Es el caso de los delitos contra la seguridad vial o del tráfico, que suman en lo que llevamos de año un total de 13.

Por delante se encuentran los ilícitos de estafa y aproximación indebida y las dos tipologías de robo: con fuerza y con violencia o intimidación. Los delitos contra la relaciones familiares -impago de pensiones en mayor medida- también se sitúa en mitad de tabla con 18 asuntos repartidos, empatados con los delitos contra el orden público.

Por la contra, otros ilícitos ya tienen un carácter más excepcional. En estos seis meses, por ejemplo, no se contabilizó ninguno por fraude a Hacienda, blanqueo de capitales, contrabando, incendio con riesgo catastrófico, robo y hurto en vehículos o contra los derechos de ciudadanos extranjeros, mientras que hubo muy pocos por ordenación del territorio (4), por accidentes laborales (1), contra la propiedad intelectual (1), contra la intimidad (1) o contra el honor (1), entre otros.

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