Los hermanos Peinador son los grandes artífices de lo que hoy es el Balneario de Mondariz y todo su entorno, cuando el 16 de junio de 1873 el agua de sus manantiales fue declarada de utilidad pública por el Gobierno de España, convirtiéndose así en la única villa termal española, tal y como recogía el decano en sus páginas. Un proyecto llevado a cabo por el arquitecto Antonio Palacios, responsable de algunos de los edificios más emblemáticos de Madrid, entre ellos el actual Ayuntamiento de Madrid. Balneario de Mondariz cumple 145 años dedicados a la salud termal y como referente europeo en el turismo de salud.

Mondariz, un balneario que nace a mediados de los siglos XIX y principios del XX es desde siempre el referente europeo del Salutem per Aqua, partir de las propiedades de sus manantiales. El termalismo tradicional de los "aguïstas" de la Belle Époque, que trajo a Galicia a personajes como Isaac Peral, John Rockefeller II, Isabel de Borbón, el arzobispo de Westminster, Miguel Primo de Rivera o el sultán Muley Haffid y el infante Augusto de Braganza a cuidar su salud, ha dado paso en el siglo XXI a toda una industria turística gallega a partir del culto al cuerpo Y es que las aguas mineromedicinales del Balneario de Mondariz por su composición bicarbonatadas, carbogaseosas y ferruginosas son únicas en España a la hora de luchar contra el envejecimiento, tanto a nivel físico como estético. Una realidad recientemente destacada por un estudio realizado por hidrólogos que reconocen la calidad de las aguas termales pontevedresas y que tienen en esta villa termal la referencia del termalismo. Unas aguas también recomendadas para patologías crónicas (reumatológicas, respiratorias, dermatológicas, digestivas) que tienen un efecto ralentizante del envejecimiento gracias a su efecto antioxidante y antiinflamatorio y ayudan a la reactivación de la capacidad física y psíquica de las personas mayores y mejorando su autoestima).

Su casa de baños fue construida en 1880 y a partir de ahí el Gran Hotel que, en 1900, rivalizó con los grandes balnearios de Baden-Baden, en Alemania, y Bath, en Londres. El nivel de los termalístas que acudían cada verano a Mondariz, llegó a convertir el Gran Hotel en un centro social, político y cultural internacional del que dieron cuenta Emilia Pardo Bazán, José Echagaray o Galdós en sus escritos. Fiestas amenizadas por el cuarteto Bacarat, llegado cada año expresamente de París; reuniones politícas entre las que destaca la celebrada, en agosto de 1929, por el jefe del Gobierno español, Miguel Primo de Rivera, y el primer ministro de Portugal, Arthur Ivens Feraz a los que se unió posteriormente el jovencísimo John Rockefeller III, heredero de la mayor fortuna de los Estados Unidos, son algunos de los ejemplos.

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