La National Gallery prueba tecnología viguesa para ofrecer guías personalizadas al público

Ingenieros e historiadores, dentro del consorcio europeo CrossCult, crean aplicaciones móviles para conocer el patrimonio de museos y ciudades

Los visitantes de la National Gallery de Londres, el Museo de Trípoli, en el Peloponeso, o el yacimiento romano de Montegrotto, en Italia, podrán disfrutar desde este verano de una experiencia única gracias a la tecnología desarrollada por investigadores de la Universidad de Vigo dentro del proyecto europeo CrossCult, que integra a expertos en tecnología, ciencias sociales y humanidades. A través de sus teléfonos móviles, los usuarios accederán a contenidos personalizados que relacionan diferentes piezas dentro de cada colección y las conectan con las de otras localizaciones o con la historia global del Viejo Continente mediante líneas narrativas, juegos y rutas.

Once socios -universidades, centros de investigación, la National Gallery y la empresa de guías interactivas GVAM-, así como más de una decena de instituciones culturales y ciudades en calidad de colaboradores, integran un consorcio plurinacional que tiene en marcha experiencias piloto en Galicia, Portugal, Reino Unido, Luxemburgo, Malta, Italia y Grecia. Y sus resultados ya han despertado el interés de la red europea de asociaciones termales, la Fundación Laxeiro, la ciudad de Buenos Aires y una red de museos de Ecuador.

Tras varios meses de experimentos controlados, las aplicaciones comenzarán a funcionar en cuestión de semanas. En Trípoli, donde ya son accesibles a todos los visitantes, el museo ha mejorado su calificación en TripAdvisor.

La idea partió del grupo de investigación en Servicios para la Sociedad de la Información (GSSI), de la Escuela de Telecomunicación, tras un proyecto anterior con colegas de las universidades de Luxemburgo y Peloponeso. Y la aportación de la Universidad de Vigo en el consorcio se completa con el grupo GEAAT de la facultad ourensana de Historia.

A partir de las bases de datos de los museos y la información disponible en internet, el sistema es capaz de establecer relaciones, una tarea inasumible para una persona, y proponer narrativas gracias a los logaritmos específicos diseñados."Desmenuzamos toda esa información y la interrelacionamos para buscar nuevas lecturas. La herramienta proporciona unos diagramas a los historiadores, que son los que deben decidir la rigurosidad y el valor didáctico de esas historias. O también pueden hacer sus propias búsquedas para crear contenidos", explica el coordinador del proyecto, Martín López Nores.

Las cuatro experiencias piloto exploran diferentes utilidades para dar a conocer las colecciones de museos, conectar recintos de varios países y también establecer rutas por ciudades. Pero el consorcio todavía no ha hecho más que "arañar la superficie de un campo inmenso por explorar".

Los responsables de la National Gallery, con 6 millones de visitantes anuales, consideran "muy valiosa" esta tecnología puntera que permite encontrar elementos de conexión en su inmensa colección. "El sistema te permitiría encontrar obras relacionadas con España o con algún personaje histórico. Y en el caso de los visitantes chinos se les podría ofrecer una ruta por pinturas conectadas con la historia de su país o que contengan los pigmentos que llegaron a Europa a través de las nuevas rutas comerciales. Inoculas curiosidad en los visitantes y además das visibilidad a otras obras porque en museos como el Louvre o la National Gallery muchos visitantes van a ver La Gioconda o Los girasoles de Van Gogh y se olvidan de lo demás"; plantea López Nores.

En el caso del Museo de Trípoli, la aplicación permite conocer la vida diaria, las estructuras de poder o el papel de la mujer en la Antigüedad a partir de las piezas expuestas que hasta hora solo contaban con una pequeña placa escrita en griego: "Con las colecciones más pequeñas también puedes explicar temas transversales y lograr que los visitantes se planteen regresar para conocer otra historia".

Rutas urbanas

La tercera experiencia piloto conecta los balnearios romanos de Chaves (Portugal) y Lugo con el yacimiento de Montegrotto (Padua). Y la cuarta consiste en rutas personalizadas por las ciudades de Luxemburgo y La Valeta en las que la aplicación, además de hacer sugerencias, cuenta con un mecanismo de participación para que los ciudadanos introduzcan propuestas.

El Concello de Celanova ya está trabajando con esta modalidad para relacionar su patrimonio con otras localizaciones de España o de otros países y también con el mundo fantástico de la novela de Ferrín "Arnoia, Arnoia".

La idea es que los visitantes de las ciudades o museos se descarguen la aplicación antes o en el momento de la visita y que respondan a un cuestionario para determinar su perfil y poder ofrecerles las historias que les resulten de mayor interés. "Y si dan su permiso, esos perfiles se conservarán para otras ubicaciones que cuenten con el sistema", apunta López Nores.

Una vez probada la utilidad de estas guías virtuales y personalizadas, los socios de CrossCult, que volverán a reunirse la próxima semana en Londres, deben decidir qué fórmulas utilizan para explotarlas comercialmente.

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