Vigo dispone de un buen número de líneas de metro... aunque todas sobre el papel. Desde que en 2000 el entonces concejal de Nuevos Proyectos, Carlos Príncipe, planteó la construcción de un metro ligero para la ciudad las propuestas, bocetos, esquemas... se han ido sucediendo de forma periódica.

Solo cinco años después del planteamiento municipal, la Xunta -entonces con Núñez Feijóo al frente del área de Política Territorial- ponía sobre la mesa una propuesta con dos líneas subterráneas que enlazarían O Berbés con Navia y O Calvario con Pereiró. Durante el bipartito se barajó activar una línea litoral que uniría Teis y Samil y que dispondría además de un ramal desde Praza de América para conectar con la universidad.

En 2000 se esperaba que el trazado empezase a operar unos cuatro años más tarde. Para conseguirlo se llegó a encargar incluso un completo estudio que de poco sirvió para que el tranvía saliese de los papeles. Desde entonces se han seguido sucediendo las propuestas y los compromisos de plazos.

En ese proceso intervinieron colectivos sindicales y empresariales. UGT llegó a presentar un esquema de trazado para el metro ligero que contemplaba incluso la presencia de aparcamientos disuasorios en varios puntos de la ciudad para conseguir uno de los grandes objetivos del sistema: aligerar el denso tráfico urbano de Vigo.

Hace justo un año UGT sugería impulsar un enlace por tren entre Bouzas, Guixar y Urzáiz que podría -apuntaban sus técnicos- prestar servicio también como metro.

A principios del año pasado Rubén González, de la firma Ultramarinos Deseño Galego lanzaba una nueva propuesta de "subterráneo" para Vigo con siete grandes líneas que transcurrirían entre Peinador y Bouzas, Samil y Lavadores, la Universidad y el Náutico, A Guía y Navia y que unirían Teis con Coia.

No fueron los únicos en rescatar el eterno debate sobre el metro olívico. Hace solo unos meses, en marzo, la patronal de las empresas constructoras, Seopan, incidía en un informe que dotar a Vigo de metro resulta "prioritario" y cifraba su coste en unos 375 millones.