La nueva relación que el titular del Gobierno, Pedro Sánchez, desea imprimir a la vida pública como uno de los ejes de su mandato llegará también los municipios. El presidente ofreció el viernes un primer gesto al llamar personalmente a todos los mandatarios autonómicos -incluido el catalán Quim Torra- para citarlos a una inminente ronda de entrevistas bilaterales. Dentro de ese esquema novedoso, por primera vez Sánchez ha contado con el municipalismo como un interlocutor político clave en la cohesión, el desarrollo y el proceso de modernización en España. Al igual que hizo con los diferentes líderes regionales, también telefoneó al alcalde de Vigo, Abel Caballero, para convocarlo a un próximo encuentro en su calidad de presidente de la Federación de Municipios y Provincias de España (Femp).

La llamada a Caballero, realizada cuando apenas han transcurrido unos días desde su aterrizaje en La Moncloa, constituye un acto sin precedentes en la agenda política de un presidente de Gobierno. Hasta hace unos mese la Femp jugaba un papel prácticamente irrelevante en el escenario político y, en consecuencia, también en la escucha de sus reclamaciones y en la toma de decisiones.

El organismo que agrupa a más de 8.100 municipios y medio centenar de provincia se ha quejado de la escasa atención, rayana en el desprecio, que los sucesivos Ejecutivos les han dispensado a sus peticiones, una actitud política que les ha condenado al tratamiento de "hermanos pobres", siempre solapados por las reivindicaciones de las comunidades autónomas.

Mayor protagonismo

Aunque en los últimos tiempos esta situación había experimentado en cambio sustancial y la Femp ya estaba ejerciendo como actor político relevante en negociaciones bilaterales con el Ministerio de Hacienda -como en los casos del techo de gasto, la inversión del superávit o incluso en el asunto del impuesto de las plusvalías-, ahora su estatus recibe un notable impulso con el encuentro en La Moncloa con el presidente socialista.

Aunque todavía no hay una agenda cerrada sobre las cuestiones que se tratarían en esa reunión pendiente de fecha, la Femp ha expresado en repetidas ocasiones sus prioridades. En primer plano la financiación local, de ayuntamientos y de diputaciones, una demanda histórica metida en un cajón. Ahora la federación de regidores aspira a que se aborde al mismo tiempo y en la misma mesa en la que se vayan a sentar los presidentes de las comunidades.

La situación es todavía más discriminatoria por cuanto los ayuntamientos son las administraciones más saneadas, con menos deuda, y más cumplidoras con el techo de gasto y el límite de déficit. Además esta infrafinanciación municipal se agrava al tener que asumir competencias y servicios que les corresponden a otras administraciones, sobre todo a las autonómicas.

El sistema de financiación local en vigor es de 2003, por lo que el reparto de los recursos se está fijando con criterios de hace quince años, mientras que los gobiernos autonómicos los van actualizando cada cinco. La Femp, que cuenta con informes técnicos que avalan su pretensión, quiere que se les aplique idéntico modelo. El Gobierno del PP había hasta ahora refrenado esta petición con la ley orgánica de sostenibilidad.