La demanda de la tarjeta ciudadana PassVigo mantiene un ritmo imparable. La administración local recibe cada jornada una media de 317 solicitudes entre las telemáticas y las registradas de forma presencial en Praza do Rei. Desde que el pasado 26 de abril se empezase a aplicar el auto del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo nº 1 que anulaba el requisito de empadronamiento, se han tramitado un total de 12.690 expedientes de los cuales un 39,5% se corresponden con vecinos de otros municipios. Esto se traduce en que cuatro de cada diez tarjetas que están ahora mismo en imprenta permitirán viajar con descuentos en el transporte urbano vigués a ciudadanos de fuera de la ciudad.

El balance de estos primeros cuarenta días de funcionamiento sin discriminar el origen de procedencia de las peticiones demuestra el elevado interés de los vecinos del entorno de Vigo por obtener un dispositivo que les da acceso a los mismos descuentos que disfrutaban hasta ahora con la tarjeta verde que no exigía la residencia en el municipio. El mínimo que se ahorran es de 46 céntimos por viaje, más si tienen la condición de estudiante, universitario, pensionistas o cumplen los requisitos del bono social para personas con bajos ingresos.

Al ritmo actual, son 125 las PassVigo que se piden diariamente desde otros municipios y un total de 896 por semana. En las casi seis que han transcurrido desde la notificación del auto judicial, se han tramitado 5.020 cuyos titulares no residen en la ciudad frente a las 7.670 de personas censadas en la urbe olívica. El pasado 30 de abril fue la jornada en la que se batieron todos los récords con 387 tarjetas tramitadas desde fuera de Vigo, más del doble de la media.

En aquellos primeros días el volumen de peticiones fue mucho más elevado y contrasta con las 88 que, por ejemplo, se demandaron el 1 de junio entre ventanilla y página web o las apenas 37 contabilizadas el lunes 4 de junio.

Solo con la rebaja mínima de 46 céntimos equivalente a la de la antigua tarjeta verde ordinaria y una media de diez viajes al mes, los algo más de cinco mil ciudadanos de fuera de Vigo que ya la recibieron o lo harán en los próximos días se ahorrarían 277.000 euros anuales, cifra que se incrementará al ser una buena parte de ellas de pensionistas que viajan gratis o universitarios a los que se aplican mayores descuentos.

El alcalde, Abel Caballero, se comprometió a cumplir la resolución judicial y estimó en 150.000 euros solo el coste que supondría atender a los vecinos de Chapela, hasta donde llegan los autobuses de Vitrasa. No obstante, se verifica desde entonces la procedencia de los titulares porque el regidor aseguró que reclamará el desembolso adicional que el fallo supone para el Concello a la Xunta como autora de la modificación legal que suprime la exigencia del empadronamiento para acceder a descuentos en el transporte público.

Tal ha sido el volumen de peticiones que hubo quejas por la tardanza en la expedición de la PassVigo que llevaron al Concello de Redondela a denunciar esta situación por vía judicial, pero el magistrado reconoció esta semana que la "eventual existencia de retrasos se debe al cúmulo de solicitudes" y no a una voluntad obstruccionista por parte del ayuntamiento.

En la actualidad hay 137.040 tarjetas enviadas a domicilio -en total, dentro y fuera de Vigo- de las cuales 104.680 ya están en uso, un 76% del total. La bonificada ordinaria supone seis de cada diez unidades y otro 21% está en manos de los pensionistas que viajan gratis. Hasta 6.078 las pidieron universitarios y otras 10.388 estudiantes en general.