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Vigo, el motor turístico provincial en temporada baja: acapara más de un tercio de todos los visitantes

Los hoteles de la ciudad gestionan entre octubre y junio el 31% de las pernoctaciones de Pontevedra, porcentaje que baja al 18% en verano

Miguel G. Montero

Vigo es el motor que tira del turismo provincial en temporada baja. Durante el otoño, el invierno y la primavera, los meses con menos afluencia de viajeros, los hoteles olívicos acogen a más de un tercio de todas las personas que se hospedan en Pontevedra. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), entre octubre de 2016 y junio de 2017 por las recepciones de los alojamientos vigueses pasaron más de 257.600 turistas, lo que supone el 34% de los anotados en el conjunto de la provincia.

El porcentaje baja de forma considerable durante el verano, cuando familias de toda España e incluso de otros países deciden pasar sus vacaciones en las Rías Baixas para disfrutar de sus playas, paisajes, gastronomía y unos precios bastante inferiores a los de otros destinos "de sol y playa". Entre julio y septiembre Vigo acapara el 23% de todos los turistas de la provincia y la proporción de noches gestionadas se reduce hasta rozar el 18%.

El peso de Vigo durante la temporada baja se aprecia también a nivel autonómico. Entre octubre y junio los hoteles, hostales, hostels... de la ciudad despachan una de cada diez estancias que se registra en el conjunto de Galicia. Durante el verano el porcentaje se reduce varios puntos; el año pasado, de hecho, se situó en un 7,8%.

El "tirón" de Vigo en temporada baja está muy por encima del peso de su músculo hotelero en la provincia. En abril -último mes con datos disponible en el INE- en Vigo se contabilizaban 74 establecimientos que sumaban cerca de 4.700 plazas. Suponen, respectivamente, el 22% y 25% del total de Pontevedra. El porcentaje de pernoctaciones que anotan los hoteles olívico alcanza el 34%.

Durante el verano en la provincia abren hoteles de temporada que permanecen cerrados la mayor parte del año. Las tablas del INE son un buen reflejo: si en abril contabilizaban 331 establecimientos repartidos por la provincia, en agosto el dato se dispara hasta los 581. En temporada alta el peso del sector turístico de la ciudad pasa a representar apenas un 13% del total.

El empuje turístico de Vigo entre el otoño y la primavera se explica por varias razones. Una de las principales es el perfil industrial del municipio, lo que genera un flujo constante de viajes de negocios. Empresarios, comerciales, representantes... suponen una parte importante de la clientela que recala en los hoteles olívicos en temporada baja. A ellos se suman además los viajeros que llegan a Vigo para participar en congresos y ferias. Ambos perfiles se habían resentido con la crisis, pero empiezan a ganar peso de nuevo. Puentes festivos y Semana Santa completan el balance.

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