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La Zona Franca cambia de cara en Bouzas

El diseño del nuevo cierre perimetral se basa en la formación de listones verticales

La Zona Franca cambia de cara en Bouzas

Un cambio estético y funcional. Este doble objetivo inspira la remodelación del polígono de Zona Franca en Bouzas al combinar actuaciones dirigidas al embellecimiento del ámbito construido hace 25 años, como la sustitución de 1.690 metros de cierre perimetral por una verja de diseño moderno, con otras menos vistosas pero que implican modificaciones relevantes, por ejemplo, en cuanto a la circulación de vehículos y personas y hasta de bicicletas. Licitada ahora en 4,8 millones de euros y ocho meses de plazo, la obra acumula un considerable retraso respecto al calendario previsto debido a que el consorcio recortó del proyecto los 48.000 m2 correspondientes a la "Parcela D" que acaba de devolver al Puerto.

Conforme al proyecto elaborado por la consultora Proyfe que sale ahora a licitación tras su aprobación en el Comité Ejecutivo reunido esta semana, los casi 1,7 kilómetros que suman la delimitación de la superficie tutelada por Zona Franca en Bouzas destacarán desde el exterior por un formato compuesto de listones verticales separados entre sí, y su color, gris grafito. La remozada verja alcanzará una altura máxima de dos metros sin contar la base.

La ampliación de las zonas verdes se enmarcan dentro de los aspectos de la intervención que también llamarán la atención. Aunque en este caso solo podrán apreciar el cambio los usuarios puntuales y en particular las 600 personas que trabajan en el polígono (sumando las plantillas oficinas del consorcio y las de las empresas radicadas en las tres naves adyacentes). Con los 500 m2 de nueva creación, la superficie ajardinada abarcará aproximadamente 2.300 m2. Bordearán todas las edificaciones y de tal modo, como ocurrirá con la sede administrativa de Zona Franca, que parecerá envuelta en una especie de "isla verde", como en su día ejemplificaron a este periódico técnicos del consorcio.

Otros elementos del proyecto titulado "Mejora urbanística del Polígono de Bouzas" pasarán más desapercibidos una vez instalados, como las lámparas LED, sin embargo, su funcionamiento se notará mucho y no solo en la factura energética. Aparte de que las luminarias sustituidas proyectarán una luz tenue, con el propósito de reducir todavía más la contaminación lumínica solo permanecerán encendidas de noche aquellas colocadas en los postes que delimitan el exterior del polígono, mientras que las de los 160.000 m2 interiores permanecerán apagadas siempre. Para facilitar el tránsito de camiones y vehículos por este espacio a oscuras, un sistema inteligente de gestión de luz actuará a modo de guía encendiendo las farolas conforme avance el chofer hacia la zona de trabajo.

Conectado a la terminal Ro-Ro

La reordenación del tráfico rodado y peatonal ocupa un apartado destacado dentro del proyecto. Desde el consorcio apuntaba ayer como principales novedades los nuevos accesos que incorpora el recinto. Dos de ellos se ubicarán en el lateral norte de la verja, frente al estacionamiento vertical de vehículos (silo) de la terminal Ro-Ro. Por su finalidad de servir como conexión con la explanada portuaria permanecerán siempre cerrados. "Se abrirán en función de las necesidades, como para facilitar el paso de transportes especiales", indicaban ayer fuentes del consorcio. Respecto a la otra nueva entrada al polígono se reserva únicamente para peatones y bicicletas. Estos tendrán un acceso directo desde el paseo que bordea el relleno en un punto situado al oeste de la glorieta que canaliza el tráfico del puente de Bouzas.

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