La sequía que puso en alerta a administraciones, vecinos y empresas hace solo unos meses es ya un mal recuerdo... Al menos de momento. Después de las intensas lluvias registradas en toda la comunidad en marzo, a principios de abril Augas de Galicia decidió levantar la prealerta por sequía que había activado más de un año antes, en enero de 2017. El último balance del organismo autonómico muestra, de hecho, que el embalse de Eiras permanece por encima del 99% de su capacidad y Zamáns se sitúa ya al 100%, muy lejos de los valores que anotaban a finales del año pasado, cuando ambos llegaron a descender por debajo del 40%.

Los datos recabados por Meteogalicia apuntan en esa misma dirección. Según las mediciones realizadas por el observatorio gallego, desde que el 1 de octubre arrancó el nuevo año hidrológico Vigo ha registrado algo más de mil litros por metro cuadrado (l/m2), un 60% más que durante el mismo período de la anterior temporada hidrológica. Con ese resultado la ciudad regresa a los valores habituales. La media para el mismo período de los últimos siete años, de hecho, se sitúa en 1.035 l/m2. Si se descuenta el resultado del último año hidrológico, excepcionalmente seco, el promedio tampoco se aloja mucho del dato actual y roza los 1.100 l/m2.

Después de un 2017 en el que los paraguas, impermeables y botas acumularon polvo, 2018 está recuperando el nivel habitual de precipitaciones. Desde enero la estación que Meteogalicia tiene en el centro de Vigo contabilizó 85 jornadas con precipitaciones, casi tantas como el invierno, la primavera y el verano de 2017. Los datos del observatorio autonómico muestran que de enero a septiembre del año pasado la estación meteorológica del centro de la ciudad sumó 89 días con precipitaciones.

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El mes más generoso en precipitaciones fue marzo, cuando llovió 27 de 31 días y se acumularon más de 285 l/m2. Los datos no tienen nada que ver con los del ejercicio anterior, que durante el mismo mes dejó solo 16 jornadas y cerca de 105 litros por metro cuadrado. De hecho, este marzo fue el más pasado por agua de la década. Su pluviosidad superó a la de toda la primavera y el verano de 2017, un ejercicio tan seco que hizo saltar las alertas en Galicia y obligó a las administraciones a adoptar medidas para fomentar el ahorro.

Para atajar la grave sequía que padeció la comarca en 2017 y anticiparse a situaciones similares, Concello y Xunta pactaron en diciembre acometer un bombeo de urgencia desde el río Oitavén a Eiras. A pesar de ese acuerdo, la medida acumula meses sin avances. Esta misma semana el alcalde, Abel Caballero, criticaba el "silencio" de la administración autonómica, que asegura que está buscando el consenso con los municipios afectados por el bombeo. Con la medida se pretende que los ayuntamientos que se abastecen de Eiras tengan garantizado su suministro en caso de nuevas sequías.