El pasado 11 de mayo el Celta desveló que el proyecto elegido para dar forma a su nueva ciudad deportiva es el diseñado por el estudio Irisarri-Piñera, momento en el que reiteraron su intención de trasladar los entrenamientos del primer equipo y el filial a Mos en los primeros meses de 2019. Quedaría para una segunda fase la construcción del resto de campos y otras instalaciones complementarias como la residencia de jugadores, el spa, la piscina y otras zonas que no resultan imprescindibles para arrancar. Para la última fase queda el estadio con capacidad para entre 6.000 y 11.000 personas, según la modificación del PXOM en trámite, pero que podría rondar finalmente los 4.000. Ese documento urbanístico prevé que la zona deportiva, la comercial y la de ocio generen una demanda de 8.252 vehículos en días laborables y 12.176 los días de semana.