Igual de llamativo como inédito. Las estadísticas de la presente década confirman la impresión de los empleados más veteranos del aeropuerto vigués: nunca habían coincidido tantos cargueros en tan poco tiempo. Solo desde este lunes y hasta ayer habían tomado tierra ocho aeronaves de esta tipología, en su mayoría pertenecientes al legendario modelo soviético Antonov. Con lo descargado esta semana por estas aeronaves, Peinador se garantiza este mes un crecimiento en el movimiento de mercancías superior al 30%.

La inusual presencia de estos aviones surgió por un problema de suministro de piezas en la planta de PSA en Balaídos que obligó a la dirección de la fábrica a fletar una serie de transportes urgentes fuera de España para mantener la cadena productiva de los nuevos modelos de vehículos. En la factoría contaban con que ayer, con los tres últimos cargueros recibidos, quedase garantizado el abastecimiento para los próximos días. Sin embargo, fuentes aeroportuarias aseguraron a este periódico que la previsión para mañana avanzaba la llegada de otro Antonov.

De producirse la entrada de este último serían nueve los cargueros atendidos en menos de una semana en Peinador. De los ocho contabilizados entre lunes y ayer viernes, salvo un ATR, los siete restantes eran Antonov de los modelos de menor envergadura de este fabricante (dos AN-12 y cinco AN-26). Las mismas fuentes apuntan que este lunes llegó a valorarse la entrada de uno de los "gigantes" pero que finalmente se descartó por la imposibilidad de tomar tierra dada la reducida longitud de la pista.

Por norma general, los aviones especializados en el transporte de de mercancías pasan poco tiempo parados en los aeropuertos. Descargan, repostan combustible y una vez la tripulación cumple el descanso reglamentario despegan vacíos rumbo hacia donde su empresa consiga otro flete. En el caso de los que aterrizaron estos días en Vigo no fue así. Al tener garantizada carga por el mismo cliente (PSA) estuvieron casi toda la semana yendo y viniendo a Peinador. Pero mientras esperaban esta orden permanecían aparcados, lo que obligó a la dirección del aeropuerto a optimizar al máximo la zona de estacionamiento para no entorpecer la actividad de los aviones comerciales.

Para los responsables de las operaciones en Peinador esta afluencia de cargueros sirvió para poner a prueba la capacidad del aeropuerto en la gestión simultánea de tráficos tan diferenciados como el de mercancías y pasajeros. Desde Aena señalan que el año pasado se produjo una "semana similar" en cuanto a número de cargueros aunque sin llegar a los ratios de estos días que a mayores afrontan la dificultad de la desactivación del sistema antiniebla. Operar sin el apoyo del ILS complica sobremanera la coordinación del tráfico de aviones tanto en el aire como en tierra, al supeditar toda la planificación de vuelos al siempre imprevisible condicionante meteorológico.

De hecho este lunes se había preparado la plataforma de estacionamiento en previsión de la entrada de dos Antonov que acabaron desviados a Oporto. No porque hubiera niebla en ese momento sino por las obras vinculadas al montaje del nuevo ILS que obligan a cerrar de noche la pista.