El mazazo que la crisis asestó al sector turístico fue especialmente duro en Vigo. La ciudad no solo padeció -al igual que otros muchos puntos de España- el desplome de los viajeros que buscan playas, paisajes y buena gastronomía. También perdió a los empresarios que pernoctaban durante sus viajes de negocios, claves para los hoteles de un municipio como Vigo, de marcado perfil industrial.
Esa pérdida de actividad se dejó sentir muy pronto en el tejido hotelero local. Si en marzo de 2006 el INE contabilizaba en la ciudad 71 alojamientos -hoteles, hostales, pensiones...- que sumaban 4.370 plazas, una década después, en marzo 2015, esos datos habían bajado a 60 y 4.278, respectivamente. La caída es más pronunciada que la que anotaron durante el mismo período A Coruña o Lugo y queda lejos de los resultados de Santiago, que logró mantenerse en valores estables e incluso repuntó.
Ahora, con la crisis ya espantada, la tendencia de Vigo es exactamente la opuesta: su sector hotelero crece más que el del resto de ciudades de Galicia. La recuperación del turismo y el repunte de los viajes de negocios, congresos y ferias deja más actividad en los alojamientos y permite que el músculo hotelero local se refuerce.
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El último balance publicado por el INE, con datos del mes de marzo, muestra que en Vigo hay 75 alojamientos que suman en conjunto 4.754 plazas. Los datos son sensiblemente superiores a los anotados por el mismo organismo en 2014 o 2015, después de que el sector tocase fondo con la crisis. En 2014 -el colectivo sufrió en 2013 su ejercicio con menor afluencia de viajeros- el INE registraba en Vigo una decena menos de alojamientos y alrededor de 600 plazas por debajo de su volumen actual.
Con esos datos Vigo alcanza unos repuntes del 25% y 11% en número de negocios y plazas, respectivamente, bastante por encima de los anotados en las otras ciudades gallegas que analiza el INE. En Santiago y Ourense había en marzo las mismas plazas que en 2015, mientras en A Coruña eran un 5% menos y en Lugo habían descendido un 2%. El observatorio no aporta información de Pontevedra. Sí la da de Sanxenxo u O Grove, donde los resultados también están por detrás de los logrados en Vigo.
Los datos oscilan de un año a otro y no dibujan curvas estables -en marzo de 2017 Vigo tenía 40 plazas más que en el mismo mes de este año-, pero sí reflejan que la recuperación registrada en la ciudad ha sido la más pronunciada. La tendencia se aprecia también en verano, la época de mayor actividad en el sector. En agosto de 2017 Vigo disponía de 75 alojamientos, un 17% más que en 2015, una evolución superior a la del resto de ciudades.
Pese a esa evolución las estadísticas publicadas por el INE muestran que Vigo sigue por debajo en capacidad hotelera de Compostela, gran polo turístico gracias a la catedral y el Camino de Santiago; y A Coruña, que aventaja ligeramente a Vigo. En marzo la urbe herculina tenía medio centenar más de plazas a pesar, curiosamente, de que Vigo acoge una decena y media más de alojamientos.
El aumento de músculo hotelero se deja sentir en el mercado laboral. De nuevo según el INE, el incremento de plazas ha ido a la par de un repunte del personal empleado en los alojamientos olívicos. En marzo el observatorio estadístico contabilizaba 497 personas empleadas en el sector, decena y media más que en 2017 y el mayor volumen para ese mes desde 2013.
En agosto de 2017, época de gran actividad por la afluencia de turistas, O Marisquiño, el "tirón" de las Cíes y el empuje de los vuelos estacionales de Peinador, el personal contratado en los hoteles alcanzó las 541 personas, lo que supone un incremento del 12% con respecto a esa misma primavera.
La plantilla de Vigo supera a la de Lugo y Ourense juntas, que en marzo integraban 261 y 108 personas, respectivamente. A Coruña se situaba en 444 empleados y Santiago de Compostela alcanzó el mayor volumen de trabajadores: 884.
