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Liszt y Don Juan, dos seductores virtuosos

Pablo Rodríguez, profesor del Conservatorio Superior, analiza en su tesis la "estrecha relación" entre el compositor y el mito literario, al que dedicó la primera obra de carácter instrumental

Pablo Rodríguez, en el Conservatorio Superior, donde imparte clases de piano. // J. Lores

Transgresores, amantes de la improvisación y, sobre todo, grandes seductores. Son tantos los vínculos entre Don Juan, el mito, y Franz Liszt, el virtuoso pianista y compositor del XIX, que éste llega a identificarse con el personaje literario en su "fantasía operística" Réminiscences de Don Juan, la primera obra estrictamente instrumental dedicada al conquistador español. Pablo Rodríguez, profesor de piano en el Conservatorio Superior de Vigo, analiza esta "estrecha relación" en una original tesis doctoral que aúna música y literatura junto a otras disciplinas como la estética, la sociología o la filosofía de la época.

A mediados del siglo XIX, el Tenorio se sitúa "en el vórtice del interés literario" debido a la "enorme impronta" del Don Giovanni de Mozart (1787). Los románticos ven en él un "héroe negativo" y convierten al que inicialmente era un mito religioso o moral en un mito del amor como Tristán o Fausto. Y, al mismo tiempo, los virtuosos instrumentales viven una auténtica época dorada: "Nunca las proezas casi sobrehumanas de los músicos solistas se pusieron en el foco de interés del público como en ese momento".

Así que realidad y literatura acaban por confluir. "Los parámetros que regulan el universo en el que se despliega el arte del virtuoso tienen un paralelismo con los que circunscriben la existencia y las acciones de Don Juan. Ambos son personajes escénicos que protagonizan un drama, recurren continuamente a la improvisación, habitan el instante, y la seducción constituye la finalidad de todas sus acciones", señala Rodríguez.

Y es en este contexto en el que Liszt, "el pianista virtuoso por excelencia de la primera mitad del XIX", compone su obra sobre Don Juan. "Él fue el inventor del recital para piano solo tal y como lo entendemos hoy en día y una de las primeras estrellas pop que existió. Su fama era enorme en toda Europa y allá donde iba arrastraba masas. La base de su esencia, como la del personaje literario, era la seducción", destaca el autor del trabajo.

El músico toma prestados temas del Don Giovanni, en el que Don Juan es un subversor social que elige condenarse siendo fiel a sí mismo frente a un coloso sobrenatural, para construir en Réminiscences (1841) "una verdadera narración con un sentido diferente" sobre el personaje.

Rodríguez compara la trama implícita en la composición de Liszt con las versiones literarias románticas de la época para concluir que es "asimilable" a cualquiera de ellas y que puede ser entendida como "una reinterpretación del significado de la historia mítica".

Para Liszt, el seductor español es en esta obra para piano un héroe con el que él mismo se identifica. "Don Juan representa unos valores que remiten a un estado primordial del ser humano, en la línea del pensamiento negativo que Nietzsche elabora sobre la moral del cristianismo, trayendo a un primer plano de nuevo lo erótico, lo sensual, lo dionisíaco. Con Liszt, Don Juan deja de ser un disoluto castigado para convertirse en un virtuoso impune, tal y como el pianista húngaro se comprendía a sí mismo", concluye.

Rodríguez destaca el "mestizaje" de disciplinas que constituye su investigación: "El tribunal la valoró como una tesis de humanidades porque comprende muchas disciplinas. Cada vez más se trabaja de esta manera, porque en cualquier hecho artístico y cultural confluyen muchas variables que hacen que tenga un significado".

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