Sorpresa y tristeza son las dos palabras más repetidas ayer por la presidenta del PP de Vigo. Elena Muñoz no ha recibido la llamada de Javier Guerra para aclarar o desmentir su posible fichaje por Ciudadanos. "La primera sensación es de perplejidad. Si me ocurriera a mí, hablaría inmediatamente con mi presidente", se apresuró a explicar antes de asegurar que ambos han mantenido siempre una relación personal "cordial" y hablado en varias ocasiones por teléfono. "Nunca mencionó a ningún otro partido", se muestra ahora sorprendida.

La principal preocupación de la también portavoz municipal es aclarar que ella cumplió "al 100%" con su promesa de integración y que durante meses la dirección del PP local y el equipo de Guerra estuvieron en conversaciones para hacer un equipo conjunto. "No llegué a saber bien qué es lo que quería y en febrero o marzo le hice una propuesta en la que le ofrecí trabajar conjuntamente ocupando la vicepresidencia e integrando a parte de los suyos en la dirección y en la junta local", aclaró ayer Muñoz, quien se refirió a esta oferta como "generosa y abierta" y lamentó que fuera rechazada "sin explicación alguna" vía WhatsApp. Su percepción es que "no había nada que hacer ya" porque "posiblemente ya existieran otros planes".

Muñoz reconoce que es pronto para analizar posibles acciones desde la dirección del partido. No quiere precipitarse, pero sí admite que en el PP el posible cambio del exconselleiro "se ha visto como una deslealtad porque el partido le ha confiado puestos de responsabilidad. Y no se trata de darse de baja, sino de cambiar de siglas y traicionar unas convicciones. Es difícil de entender", valoraba ayer a preguntas de FARO.

La presidenta local aclaró que por ahora Guerra sigue siendo afiliado del PP y que no han registrado bajas importantes en los últimos meses. Ayer por la tarde aún no había contactado con Núñez Feijóo, que se encontraba en Bruselas e insistía en que su preocupación "es el malestar o la tristeza que pueda generar en el seno del partido". Respecto al futuro de su excompañero en la Xunta, Muñoz se limitó a asegurar que "no se pueden buscar excusas para justificar decisiones personales que igual ya estaban encaminadas".