"Vigo y la telegrafía sin hilos" era el título de la carta que se publicó. Una reclamación realizada en el momento oportuno. Era un petición cargada también de simbolismo. Así se hizo notar en la portada del Decano, en la que anunciaba la llegada del italiano y su esposa. Viajaban hacia Londres y decidieron que el Electra, su embarcación, se adentrara en la ría viguesa. Tuvo una recepción oficial por parte de las autoridades. Entre las mismas se encontraba Alonso Cuenca, el alcalde, o Tomás Mirambell, presidente de la Cámara de Comercio, una institución con una gran importancia en el dinamismo de la ciudad en muchos aspectos.
El Decano publicó una carta en la portada del periódico. Comenzaba así: "Muy insigne señor nuestro: No ha sido después de mucho pensarlo, que nos hemos decidido a escribir esta carta. Y lo hemos pensado tanto, por dos motivos: uno, el respeto que siempre nos ha merecido el nombre glorioso del sabio que con su maravilloso invento ha causado en el mundo una de las mayores revoluciones y que ha salvado, al mismo tiempo, tantos millares de vidas; y el otro, la importancia del asunto que motiva estas líneas".
A continuación se relataba la necesidad de recuperar la estación de comunicación sin hilos que existió durante mucho tiempo en el monte Vixiador. En aquella época ya no se encontraba operativa, ya que la Compañía Nacional de Telegrafía sin hilos había decido desmantelarla varios años antes. Hubo protestas de los organismos oficiales de la ciudad, pero a pesar de que ya había pasado mucho tiempo desde la clausura, no se había conseguido cambiar la opinión de la empresa. Al mismo tiempo, también destacaba que otras similares funcionaban de forma correcta.
La carta estaba cargada de simbolismo y también de reivindicaciones. En la misma se hacían múltiples referencias a la necesidad de recuperar ese servicio y de la importancia que tenía para el puerto vigués. Toda una declaración de intenciones y peticiones en las que se solicitaba de forma elegante y clara la intervención de Guillermo Marconi para que la estación recuperara la actividad para la que fue diseñada. El Decano ofrecía argumentos sólidos en el escrito de la siguiente manera: "¿No es verdad, insigne e inmortal señor Marconi, que tenemos razón nosotros?".
El ilustre visitante pasó varios días en la comarca. El ayuntamiento de la ciudad organizó un banquete en el Hotel Moderno, el más prestigioso de la ciudad. En ese escenario también se habló de la estación del monte Vixiador. Guillermo Marconi visitó Redondela, Marín, Moaña y Cangas. En esa villa se interesó por la fábrica de Massó. Aunque tenía previsto viajar a Baiona y Santiago, finalmente no realizó estas visitas.
Durante su estancia en la ciudad también estuvo en el Círculo Mercantil, a cuyos responsables prometió volver varios meses después para ofrecer una conferencia. Guillermo Marconi se llevó en su barco los libros "Vigo 1927", de Pepe Cao, y "Estampas Compostelanas", de Luis Ksado. También firmó en el libro de oro de la ciudad.
