Autoridades españolas y portuguesas han acordado crear dos corredores entre ambos países para probar en ellos vehículos sin conductor, una colaboración con la que ambos gobiernos pretenden "transformar la Península Ibérica en una de las áreas más innovadoras" para este negocio.

Así lo aseguraba en su edición de ayer el diario luso Público, que también explicaba que ambos corredores funcionarán entre Vigo y Oporto, con una distancia de 154 kilómetros, y entre Évora y Mérida -163 kilómetros-, aunque aún todavía no se tienen fechas precisas de cuándo comenzarán a estar operativos.

En ambas rutas habrá acceso a redes móviles 5G con la idea de que los automóviles autónomos puedan comunicarse entre ellos o con otros "equipamientos situados en las entradas", según consta en el acuerdo, firmado entre ambos países el pasado 10 de abril y al que Público asegura haber tenido acceso.

Además de la creación de ambos corredores, el texto "especifica que los dos países deben trabajar para establecer un intercambio de los datos relativos a las carreteras y el tránsito y también definir reglas comunes".

Con este plan, se busca que la Península se convierta en un área innovadora en lo referido a los automóviles autónomos, pues estas vías funcionarán además como "un centro tecnológico neutral para la industria, centros de investigación, universidades y cualquier otro agente que quiera probar y evaluar tecnologías innovadoras de movilidad".

Al margen de este acuerdo, varios municipios de Portugal se preparan ya para probar a pequeña escala otras iniciativas de conducción autónoma. Viseu y Cascais pretenden incluir en el transporte público vehículos sin conductor con capacidad para entre 9 y 24 personas.

También Vigo forma ya parte destacada de la historia del coche autónomo en nuestro país. En 2015, fue la primera urbe española por la que circuló un prototipo sin conductor del Grupo PSA y este verano cuatro coches autónomos recorrerán en pruebas las calles olívicos. El CTAG, el Concello y PSA desarrollarán los tests en los principales viales de acceso -A-52, AP-9, A-55 VG-20-, así como en Gran Vía y el aparcamiento subterráneo de Praza do Rei.