Un litigio que surgió en medio de un escenario familiar conflictivo y donde el derecho hereditario se pronunció por encima de lo consagrado. Una viguesa ganó la batalla judicial a dos familiares suyas por un nicho que le fue dado en herencia por su padre. El Tribunal Supremo falló a su favor y obliga a las demandadas a retirar los restos mortales de dos familiares dejándolo libre y en condiciones de acoger una nueva sepultura.

La situación reviste todavía mayor crudeza al ser los restos mortales de su tío y su otra prima los que deberán ser exhumados. "Mi tío era para mí como mi padre, me duele muchísimo hacer esto, pero es mi madre la que tiene derecho a estar en ese nicho", reconocía esta mujer, quien recalca que su madre cuenta ya con "87 años que va a cumplir en mayo, está muy malita y lo quiero tener listo por si pasa cualquier cosa".

La historia de la tumba objeto de pleito en el cementerio de Teis se remonta a varias décadas atrás. "El nicho pertenecía a mi padre, tras morir él en el año 83 yo pasé a heredarlo. Pero en él ya estaba mi prima, que falleció en el 75 y posteriormente enterramos con ella a mi tío en el año 90", afirma la mujer, quien no niega las múltiples desavenencia que protagonizaban ambas familias. "Hemos tenido mala relación siempre. Yo cuando les dije necesito que me vaciéis el nicho se negaron y tienen que hacerlo ellas por ser las familiares más cercanas", explica esta viguesa.

Asegura que en más de una ocasión, antes de la presentación de la demanda, habló con su tía y prima para avisarlas de que su madre "estaba muy enferma" pero insiste en que ni así "decidieron retirar los cuerpos del nicho, en el que llevan ya 28 años". Su relación es tan inexistente que desde que ha tenido conocimiento de la sentencia, todavía no han establecido contacto. "No hemos hablado pero tal y como dice el tribunal ellas tienen que hacerlo, según me había informado yo hace tiempo, primero tienen que ir a Pontevedra a por unas bolsas y luego sacar los huesos", explica.

Afirma que la situación le genera una gran tristeza en lo relativo a su tío fallecido. "Si yo tuviera dinero compraría un panteón para todos, pero no puede ser así. Me gustaría que mi tío descansara con mi padre, mientras vivió le di todo el cariño que pude pero no puedo decidir dónde va a descansar", apunta la viguesa.

Ahora, ya que la sentencia es firme, el Supremo devolverá los autos al juzgado de Primera Instancia, al que competen los trámites para la ejecución de la sentencia. Las condenadas tienen un plazo de 20 días para dejar libre el nicho y, si no lo hacen, la demandante puede instar que se ejecute el fallo.