El padrón vigués arrojó el pasado diciembre el primer dato positivo del último lustro con un levísimo repunte de la población del 0,05%. El dato oficial publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) no revelaba un crecimiento significativo, pero sí ponía freno a la sangría de habitantes vivida por el municipio desde el estallido de la crisis económica. Y las razones de esta tibia mejoría hay que buscarlas en el nacimiento de más niños y el descenso de vecinos que se mudan a localidades del entorno u otras regiones del país porque la realidad es que la emigración al extranjero no ha cesado pese a la mejora de los datos de empleo.

Así lo refleja el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) actualizado hace unos días por el Gobierno central. Este indicador que se revisa anualmente concluye que la salida de empadronados en Vigo para estudiar o buscar empleo fuera de España ha seguido aumentando pese a que la situación ya no es tan acuciante. Este grupo también crece debido al regreso a sus países de origen de familias inmigrantes que habían logrado la nacionalidad en la ciudad. Los españoles censados en la primera urbe gallega pero con residencia "habitual" fuera de España alcanzaron a 1 de enero de 2018 la cifra récord de 24.760 personas. Son casi siete mil más que en 2009 y la cifra representa un incremento del 39% en estos nueve años.

Vigo no ha sido ajena a las repercusiones económicas, sociales y demográficas de la crisis y la mejor prueba es esta espectacular colonia de vigueses en el extranjero que ya equivale a un 9% de la población censada en el municipio -fijada oficialmente en 292.986 vecinos-. En este 2018 hay 6.985 personas más que en 2009 que siguen vinculadas a la ciudad pero que residen la mayor parte del año fuera de España por motivos laborales o de formación. El incremento venía siendo de alrededor de 850 salidas anuales aunque es cierto que en los últimos ejercicios el ritmo se suavizó y con respecto a 2017 el PERE de Vigo se incrementó en solo 363 inscripciones.

Uno de los datos curiosos que permite desglosar la estadística del INE es que por regla general las mujeres parecen más decididas a emprender carrera fuera y superan en número a los hombres: son 12.766 viguesas en el extranjero frente a 11.994 vigueses. Y esta circunstancia se repite en las siete urbes gallegas.

El fichero del PERE se forma con los datos existentes en el Registro de Matrícula de cada Oficina Consular de Carrera o Sección Consular de las Misiones Diplomáticas. Y al igual que sigue creciendo la colonia de vigueses que residen fuera del país, también lo hace el cómputo a nivel nacional alcanzando los 2.482.808 de personas. No existen datos a nivel municipal sobre el destino elegido por quienes se marchan, pero se mantienen las tendencias nacionales y seis de cada diez regresan a América -retorno de inmigrantes-, mientras que el 34% se muda a algún país europeo y un 3,5% opta por Asia o África.

No obstante, pese a la importante cifra de 24.760 vigueses que tienen su residencia en el extranjero o han tenido hijos en la emigración que disfrutan de la doble nacionalidad, la situación es mucho más acuciante en otras dos ciudades gallegas. Vigo es la tercera urbe en volumen de inscritos en el PERE, una estadística que a nivel autonómico encabeza A Coruña al alcanzar este año la cifra récord de 32.816 personas, que equivalen a un 13,5% de sus residentes.

La ciudad herculina siempre ha sufrido más este fenómeno, pero sorprende el caso de Pontevedra que siendo tres veces más pequeña que Vigo y llegando a contar con menos vecinos residiendo en el extranjero antes del estallido de la burbuja, adelantó en 2012 a la urbe olívica y desde entonces ocupa la segunda posición gallega situándose este año con 25.984 censados con residencia "habitual" fuera de España. Su crecimiento ha sido del 51,5% en los últimos nueve años, un periodo en el que Lugo ha duplicado sus habitantes fuera, pasando de 5.226 a 12.620. El suyo es el salto más importante dado por las ciudades gallegas desde que el INE ofrece informes por municipios.