El objetivo de cualquier medida judicial es evitar que el infractor vuelva a cometerla, pero esta máxima no siempre se cumple. Y es que tres de cada diez menores que han cometido algún delito reincide durante su rehabilitación. Así lo confirma Julio Barreiro, director de la asociación Arela, el único centro de intervención educativa en medio abierto de la provincia encargado del cumplimiento de dichas condenas.

El año pasado atendieron a más de un centenar de jóvenes y adolescentes, 133 en total, que cumplieron hasta 186 medidas judiciales. Barreiro destaca que un 12% de los ilícitos cometidos se corresponden a casos de violencia en el ámbito familiar, la tipología delictiva más elevada. Por ello, desde Arela han puesto en marcha en la provincia una nueva medida de reforma: la convivencia familiar. Una de las medidas que el Juzgado de Menores puede imponer a un adolescente que ha cometido un delito de violencia en el ámbito familiar es la de convivir con otra persona o familia. "Este tipo de medidas suelen imponerse a aquellos adolescentes que cometen ilícitos relacionados con la violencia en el ámbito familiar. Están obligados a cumplirla fuera de su contexto familiar de origen, con una familia de convivencia el tiempo que el juez lo estime", apunta Barreiro.

El año pasado iniciaron con la Xunta un programa piloto que se volvió realidad la pasada semana con la firma de un convenio entre Arela y la Consellería de Política Social para que los menores de entre 14 y 17 años puedan cumplir con esta medida judicial. Por ello desde la asociación buscan grupos educativos -tanto personas individuales o familias- para formarlos en legislación de menores, relación intrafamiliar, redes sociales y nuevas tecnologías para que sean capaces de convivir de forma adecuada con un adolescente en situación de conflicto social. La Xunta financiará con 40 euros al día a estas familias por los gastos que pueda generar el menor.

"Los requisitos que se les piden a estas familias son amplios. Deben ser mayores de edad, contar con una vivienda habitable, estabilidad de todo el núcleo familiar y un alto grado de disponibilidad", explica Julio Barreiro, quien también valora que dicha persona tenga formación relacionada en Ciencias Sociales, si bien no es excluyente, o experiencia previa en programas de acogimiento.

Actualmente Arela se encuentra en fase de recibir dudas y consultas por parte de estas familias a través de su página web convive@arela.org. "Buscamos a personas que conecten con estos adolescentes de una forma natural y lograr cambios a través de esta conexión. Vienen de situaciones complicadas y necesitan de un contacto diferente y que sea natural. El objetivo es que este joven no vuelva a reincidir", concluye Julio Barreiro.