Se cumplen 60 años de la implantación de Citroën en Vigo, una acontecimiento que reflejó el Decano durante varios días. Fue el 10 de abril de 1958 cuando se inició un proceso que todavía hoy en día se mantiene como referente industrial. "El Gran Vigo, en marcha", se podía leer en las páginas del periódico. La presencia de la firma automovilística culmina un proceso iniciado dos años antes, cuando Félix Santamaría, un empresario vigués, inició las gestiones para establecer una Zona Franca en Vigo. No dudó en contar con la apoyo de Carlos González, ministro en aquella época, e incluso se reunió con Barón de Roure, director general de la empresa, en Madrid. Había llegado a España para poner en marcha la fábrica de Pamplona.
La ciudad vivió dos acontecimientos excepcionales. En los actos de inauguración estuvieron presentes un gran número de autoridades. Entre ellas Pedro González, presidente del consejo de administración de Citroën Hispania; Luis Suárez Llanos, alcalde de Vigo, o Celso Candeiras, presidente de la Junta de Obras del Puerto. También hubo una gran representación de empresarios y autoridades provinciales. Todos ellos visitaron primero el almacén número uno, donde se encontraban las piezas necesarias para la fabricación de los vehículos. Se informaba que habían llegado de Francia en tren.
Después, Fray José López Ortiz, Obispo de la Diócesis, bendijo la nave ubicada en Montero Ríos. Un acto simbólico que sirvió para poner en marcha "el moderno sistema de producción", según se relataba. En ese espacio ya se encontraban cien trabajadores. Ese día ya salió el primer vehículo. Durante el mes siguiente se ensamblaron un total de 25 y diez de ellos fueron llevados a Marruecos en barco. Precisamente las buenas comunicaciones marítimas fue uno de los principales motivos por los que Citroën eligió Vigo para establecerse. A continuación, todas las autoridades se desplazaron al Castro para una comida oficial. En los discursos se destacó la importancia de lo que estaba sucediendo. Pero también se hablaba de lo que significaría para el futuro de la ciudad e incluso de la comarca. La coincidencia de que se iniciaba una nueva era industrial era más que evidente.
Por la tarde, a primera hora, otro acto estaba marcado como muy importante en la agenda. Se colocó la primera piedra de forma simbólica de la primera nave de Citroën en la Zona Franca. Allí comenzó a construirse un espacio de 15.600 metros cuadrados. Un proyecto que también suponía una importante avance para la empresa, pero también para toda la ciudad.
Citroën quedó instalada y afincada en Vigo y poco a poco fue dando pasos en su crecimiento. En 1959 abandonó la histórica nave de Montero Ríos para establecerse de manera definitiva en Balaídos para seguir evolucionando.
