Desde hace años uno de los grandes empeños de las directivas que se han ido sucediendo al frente del Náutico ha sido conseguir un espacio donde sus socios y los usuarios de su puerto deportivo puedan estacionar el coche. El club de As Avenidas dispone de las dársenas más céntricas de Vigo, pero lo que a priori es una ventaja puede suponer un problema si -como ocurre ahora- los usuarios no tienen opciones gratuitas o a precios especiales para aparcar sus vehículos en los alrededores. La sociedad siempre ha insistido en que esa carencia limita la comercialización de amarres y que su puerto deportivo, pieza clave en sus finanzas, logre despegar con fuerza.

Para atajar esa situación el Náutico ha puesto en marcha diferentes medidas. En los últimos años ha ajustado las tarifas de sus plazas e incluso, en 2013, llegó a cerrar un acuerdo con el parking del Arenal que le daba acceso a precios especiales. Ninguna de esas alternativas llegó a cuajar. A pesar de los intentos de las cuatro directivas que han pasado en los últimos siete años, el club arrastra el problema de la falta de aparcamiento desde septiembre 2011, mes en el que espiró la vieja concesión portuaria que le permitía disfrutar de 30 plazas para vehículos en As Avenidas.

Ahora el Náutico tiene una solución sobre la mesa. A preguntas de FARO, su presidente, Rafael Tapias, confirma que el club está negociando con Zona Franca y Autoridad Portuaria para obtener la concesión del parking robotizado. El subterráneo se sitúa muy cerca de las dársenas, en A Laxe, al lado de la Estación de Ría. Su proximidad y su amplia oferta de plazas hizo que en el pasado otras directivas se fijaran en él, aunque ninguna de ellas llegó a hablar nunca de asumir su concesión directa.

El aparcamiento se inauguró hace casi dos décadas, en octubre de 1999, con capacidad para 400 vehículos. La promotora del proyecto fue Zona Franca y para sacarlo adelante la Autoridad Portuaria tuvo que ceder terrenos. Su sistema robotizado, que hace que la zona de estacionamiento no sea accesible para los conductores, marcó un hito. Según apuntaba entonces el Consorcio, que en aquel momento encabezaba Pablo Egerique, el de A Laxe fue el primer parking robotizado de esa envergadura que se puso en marcha en España.

Desde el Consorcio se esgrimieron dos grandes razones para decantarse por el sistema robotizado: la seguridad y el espacio. Al no permitir el paso de personas, el riesgo de robos se esfumaba, y su diseño permitía además ahorrar superficie en pleno centro del casco urbano.

El parking se enmarcaba en el proyecto Abrir Vigo al Mar y buscaba, junto a los subterráneos de Praza da Estrela, O Berbés y el centro comercial A Laxe, liberar de coches la superficie. Según informa Zona Franca en su web, la gestión y explotación la asume Aparcamientos Subterráneos de Vigo, S.L.U., una sociedad pública constituida en 1999 con capital 100% del Consorcio.

De fructificar las negociaciones con Zona Franca y Puerto, y lograr la concesión del robotizado, Tapias apunta que sería necesario acometer "reformas". El responsable del Náutico también confiesa sentirse "muy esperanzado" con el proyecto, que ya ha tratado con ambas administraciones. Reconoce, en cualquier caso, que de momento la concesión aún no está acordada y que, en el caso de que se logre un acuerdo, quedarían trámites pendientes para conseguirla.

Tapias apunta que con las plazas del subterráneo el club podría dar servicio a su sede social, instalaciones deportivas, puerto y también al restaurante situado en su edificio de As Avenidas. Como parte de la estrategia que ha diseñado para diversificar ingresos y reducir la dependencia de unas cuotas de afiliados que -al igual que ocurre en la inmensa mayoría de sociedades repartidas por el país- disminuyen año tras año, el club intenta potenciar su hostelería.

El año pasado el local, que está situado en el salón central del Náutico y es accesible para clientes ajenos al club, obtuvo 400.000 euros, un 15% más que el año anterior. Este año la directiva espera que el dato siga su tendencia positiva y se alcance un crecimiento del 20%. A pesar del servicio que pueda prestar a sus usuarios, el parking seguiría estando siempre abierto como ahora para cualquier cliente.