"Diálogo". Un día después de que el Celta cargase contra el Concello por considerar que sus objeciones a la ciudad deportiva de Mos "rompen unilateralmente" el pacto alcanzado en diciembre entre ambas partes, las peñas les reclaman eso: "diálogo," aproximar posturas y cumplir con los acuerdos. Los aficionados reconocen que las críticas del presidente celeste, Carlos Mouriño, les causaron mayor o menor sorpresa, pero coinciden al pedir a ambas entidades que aproximen sus posturas.

"El diálogo entre los dos puede beneficiar a todos. Las cosas con voluntad institucional y política pueden arreglarse", apunta Javi Vaz, de la peña Centolos, convencido de que si ambas entidades "se entienden es bueno para todos". "Es normal que ambos defiendan sus intereses, pero lo lógico es que lleguen a acuerdos", zanja. Vaz reconoce que las declaraciones del presidente del Celta del lunes le causaron una "triste sorpresa". "Estamos otra vez envueltos en una guerra institucional que poco de positivo puede trae a los aficionados".

De opinión similar, Colectivo Nós urge también que Concello y Celta se sientan a hablar. "Si se rompió el acuerdo, que se retome el diálogo", apunta Rubén Bouza. Al igual que otros aficionados, ya "celebraba" el clima de sintonía que parecía reinar en las relaciones entre club y Gobierno local tras el acto institucional de diciembre y la inauguración de la sede.

Sobre la ciudad deportiva, Bouza apunta que "no ven mal" que se instale en Mos, siempre que respete los intereses de vecinos y comuneros y "cumpla la legalidad". Recuerda además que Porto Cabral, que incluye también una gran superficie comercial

La idea de que las relaciones entre Concello y Celta se habían encauzado tras la ceremonia conjunta de diciembre -en la que participaron Consistorio, club y Xunta- la compartía la peña Carcamáns. Bele Dios lamenta que en escenarios como el actual, "quien sufre al final es el celtismo". "Que se sienten y lleguen a acuerdos, y que se cumplan", apunta Dios tras advertir que la ruptura del convenio de Balaídos podría traducirse en un retraso de las obras.

"Empezar a tirar los acuerdos que ya están firmados supone una vuelta atrás", reflexiona el peñista, muy crítico con la reforma del coliseo celeste. Según apunta, su colectivo suma más de 300 abonados de Marcador que se ven obligados a soportar frío y humedad. Tampoco entiende que si en Vigo no se puede construir la ciudad deportiva y la ubicación definitiva es Mos, el Concello olívico "se meta".

Preferencia Celeste, se reconoce "sorprendida" también por las declaraciones de Mouriño. "Debe haber buena relación entre Celta y Concello. Los perjudicados somos nosotros, la afición. Nos sentimos moneda de cambio", lamenta Cristian García, quien lamenta que ni club ni Gobierno local "están siendo claros". "Lo principal es que se aclaren entre los dos". Al igual que otras peñas, considera que el Concello no tiene competencias para "decirle a una empresa lo que debe hacer", aunque apunta que la cuestión en la que se centra el conflicto es el área comercial.

Desde Lío en Río, César Rodríguez lamenta las "promesas incumplidas" del Concello con la reforma de Balaídos, pero también que Mouriño "caiga en la mezcla de política y deporte", una de las cuestiones que el presidente celeste achacaba a Caballero el lunes. Rodríguez se muestra de acuerdo con Mouriño en el fondo, pero no en las formas. "Unos por otros, se dan pasos pequeños y no se queda en nada. Que se sienten a hablar o que dejen al menos de hacer comparecencias públicas", zanja.

José Luis Alonso, de Irmandiños, aboga también por "retomar el diálogo", especialmente en un proyecto como la reforma de Balaídos, en el que participan tanto el Concello, como la Diputación de Pontevedra y el Celta. Apunta que las declaraciones del presidente celeste es "una forma de tensar la cuerda" y valora que el acuerdo del estadio "conviene" tanto al Ayuntamiento como al club. Su miedo es que "todo esto retrase los plazos".