José Antonio Fandiño se pone al frente del Colegio de Procuradores de Vigo en un momento en el que los juzgados de la ciudad olívica, al igual que los del resto de Galicia, afrontan un escenario prácticamente de inactividad debido a la huelga de funcionarios, que se prolonga desde hace mes y medio. Los procuradores son uno de los colectivos que sufren de lleno las consecuencias de este paro. Y es que, al igual que le ocurre a los abogados, la huelga también ha llevado la parálisis a sus despachos. Apenas reciben notificaciones de resoluciones judiciales. Y las demandas y escritos que ellos a su vez formalizan se encuentran, en su mayoría, bloqueados a la espera de que se resuelva el conflicto.

El propio colegio, aún con Manuel Castells al frente, remitía a finales del pasado febrero un comunicado a las partes en conflicto, Xunta y representantes sindicales, instándoles a negociar "bajo el principio de la buena fe y de tercero ausente". En el texto hacían hincapié en que no solo hay dos partes afectadas, "sino que se están conculcando tanto necesidades como derechos de terceros, ciudadanos y profesionales a los que nadie va a tener en cuenta en los futuros acuerdos".

Transcurrido un mes desde ese comunicado, el paro continúa y lo cierto es que no se ve aún el final del conflicto. Castells reconocía ayer que Fandiño le sucede en un momento "crítico" debido a esta huelga, que está afectando mucho a la actividad diaria de los procuradores. "Esperamos que haya sensatez por ambas partes y que finalice lo antes posible", señala el ya exdecano.