Las obras religiosas construidas en Vigo durante el pasado siglo coincidieron en las "enormes dificultades económicas" que tuvieron que superar. La diócesis siempre tuvo "urgencia y falta de medios" en las diferentes épocas y esta "limitación siempre presente" ralentizaba los proyectos a lo largo de los años. Un ejemplo es Fátima, cuya construcción se demoró ocho años por graves complicaciones, y también Nosa Señora das Neves. Esta falta de financiación provocó que en ocasiones los templos fueran finalmente ejecutados por arquitectos diferentes a los que plantearon el primer diseño.

"Eran grandes proyectos y se fueron construyendo a pedazos y de forma muy extendida en el tiempo. Y hacer una buena obra en estas condiciones es casi un milagro", destaca la arquitecta y autora de la tesis, Marta Vilas.