El gobierno local respalda la rehabilitación de un emblemático edificio firmado en 1908 por Jenaro de la Fuente en las confluencias de las calles Colón y Urzáiz. La primera Gerencia de Urbanismo del mes de marzo otorgó ayer licencia de obra a una sociedad y una entidad bancaria para reconstruir el inmueble ubicado en el número 31 de Colón con un presupuesto de ejecución de 1.016.700 de euros. La edificación está incluida en el catálogo de edificios, conjuntos y elementos a conservar y por eso se desechó la primera propuesta de demolición conservando únicamente la fachada. Los promotores acaban de lograr permiso de obra preservando la envolvente exterior y la estructura interna del bloque perteneciente al grupo de Casas construidas por el reconocido arquitecto para Álvaro López de Mora.

De la intervención autorizada resultará un edificio con 1.622 metros cuadrados de superficie construida repartidos entre planta semisótano para trasteros y un local comercial, una planta baja para local comercial y accesos, plantas primera y segunda para una oficina y una vivienda por altura, plantas tercera y cuarta con un piso cada una y la quinta altura y el aprovechamiento bajo cubierta servirán para habilitar un dúplex. El permiso de Urbanismo estipula que el inicio de las obras no puede exceder de seis meses o se dará por caducado.

El proyecto pondrá en el mercado cinco viviendas y dos oficinas en un enclave privilegiado, a escasos metros de la farola de Urzáiz y, lo más importante, es que contribuirá de forma determinante a erradicar la mala imagen de la parte alta de Colón donde a este inmueble en ruinas en el número 31 se suman otros dos abandonados justo enfrente, a la altura de los números 38 y 40. Unos metros más abajo hay un cuarto edificio cuya rehabilitación lleva tiempo paralizada, lo que afea la imagen de una de las zonas con más historia de Vigo.

La rehabilitación del número 31 de Colón es un primer paso. El inmueble tiene una trayectoria peculiar ya que sufrió un incendio a principios del siglo XX cuando estaba casi finalizado y en su última etapa, ya sin uso, tuvo que ser apuntalado tras registrarse varios derrumbes interiores. Fue declarado en ruina en abril de 2017 mientras se resolvía con Patrimonio el alcance de la rehabilitación, que mantendrá el patio interior y la carpintería exterior en madera pese a que inicialmente se planteaba en acero inoxidable. El área de Cultura de la Xunta autorizó el proyecto el pasado 11 de octubre condicionado al control arqueológico de los movimientos de tierras, la reubicación de las seis puertas de acceso a las viviendas, la reconstrucción y reubicación de la escalera, el lucernario y el patio mancomunado con el edificio anexo también de la autoría de Jenaro de la Fuente.

En los últimos dos años el inmueble fue objeto de diversas intervenciones para evitar desprendimientos y se pusieron vallas en la acera para evitar que los peatones transitaran justo por debajo de sus voladizos debido al riesgo evidente que existía por su estado de ruina.