"Es una carretera que está mal hecha desde el inicio y que no debería ser catalogada como autovía". Los principales usuarios del tramo de la A-55 entre Vigo y Porriño cargan contra el estado en el que se encuentra una de las principales vías de acceso a la ciudad y que cada día soporta el paso de más de 63.000 vehículos -más del 6% corresponde a transporte pesado-. Las obras de mejora que arrancaron en octubre de 2015 y que deberían haber finalizado en junio del año pasado -Fomento anunció que se retrasarían hasta septiembre de 2018- solo han provocado en enfado de transportistas, taxistas, gerentes de autoescuelas y empresarios. "Basta ya de medidas inútiles que no sirven para nada. Lo que hay que hacer es enfrentarse al problema, que es bastante grave", sentencia Ramón Alonso, presidente Asociación de Empresarios de Transporte Discrecional de Mercancías de Pontevedra (Asetranspo).

Para él, la solución pasa por construir un túnel desde Bembrive hasta pasadas las curvas de Tameiga. "Evidentemente es una obra cara, pero es la mejor opción para acabar con los accidentes en este tramo", asegura. De la misma opinión es Manuel Chorén, presidente de la Asociación Provincial de Autopatronos y responsable también de la cooperativa local. "Un paso subterráneo reduciría la siniestralidad notablemente, algo que no hacen los tropecientos radares que hay instalados y que lo único que consiguen es provocar más choques", señala. El suyo también es uno de los sectores más golpeados por el mal estado de la carretera. "Cuando hay retenciones, que son bastante habituales, tenemos que apagar el taxímetro porque no podemos dejar al cliente en medio de la autovía", apostilla.

Hace más de una década que el Gobierno presentó un proyecto que contemplaba salvar Puxeiros con un subterráneo de unos 2,5 kilómetros. Según las distintas estimaciones que manejaba el ministerio, el coste de la infraestructura alcanzaría los 170 millones de euros.

El enésimo accidente cerca de las curvas de Mos, que ayer provocó retenciones de 20 kilómetros, no cogió por sorpresa a nadie. "Ya estamos acostumbrados a ver sucesos de este tipo", se resigna Juan Ramón Güell, presidente del Círculo de Empresarios, que avanza que en el próximo Foro de Infraestructuras propondrán un estudio que analice posibles trazados alternativos.

Desde su posición mira con temor el estado de una autovía que podría hacer perder dinero a la comarca viguesa. "Los empresarios que somos de aquí vamos a luchar por quedarnos, pero las firmas que buscan un lugar en el que instalarse y ven las dificultades y problemas que tiene este acceso a la ciudad seguramente opten por otro emplazamiento. Y es normal", comenta Güell, que insta a Fomento a llevar cabo "de una vez por todas" las obras ya programadas. "Lo mínimo que deben hacer es cumplir con la inversión que anunciaron. Ahora mismo la competencia se crea con infraestructuras", apunta.

Las autoescuelas del área también registran pérdidas cuando optan por coger la autovía. "Hoy -por ayer- hablé con un compañero que me dijo que hace unos días estuvo dos horas detenido en la carretera", asegura Alberto Bugallo, presidente de la Asociación Provincial del sector. Para él, las medidas implantadas en el tramo en obras no hacen más que mostrar las "notables" deficiencias de la vía. "Está mal peraltada, presenta un trazado sinuoso y la limitación de velocidad, que baja en algún punto hasta los 60 kilómetros por hora, no está acorde a lo que debe ser una autovía. Denota innumerables carencias porque la construcción no es propicia", indica.

Crítica a los radares

Otro de los principales castigos que tiene la A-55 entre Vigo y Porriño es la concentración de radares. La web de la Dirección General de Tráfico (DGT) muestra que en apenas 10,3 kilómetros hay hasta seis cinemómetros fijos. Además, cinco de ellos saltan a partir de los 80 e incluso los 60 km/h. Los usuarios que habitualmente cubren este trayecto aseguran que son más perjudiciales que beneficiosos. "Provocan que la gente vaya atenta al cuentakilómetros para no pasarse de una velocidad demasiado baja y que deje de ver la carretera durante unos seguros", comenta Chorén. "Algunos de esos radares no valen para absolutamente nada", añade Alonso.

Juan R. Güell - Presidente DEL Círculo de empresarios

"Lo que deben hacer es cumplir con la inversión anunciada y acabar las obras"

Ramón Alonso - Presidente de Asetranspo

"El túnel por Puxeiros es la mejor opción para acabar con los accidentes"

Manuel Chorén - Responsable de la cooperativa de taxis

"Los radares que hay instalados en este tramo provocan todavía más percances"

Alberto Bugallo - Asociación Provincial de Autoescuelas

"La carretera está mal peraltada y presenta un trazado sinuoso en muchos puntos"