La plantilla de Martínez Souto se movilizará en defensa de los puestos de empleo y ante la incertidumbre que rodea al mayor transportista de la automoción viguesa. La asamblea de trabajadores del grupo logístico celebrada ayer en Cabral, a la que asistieron setenta de los 93 efectivos de la central de Puxeiros (Mos), ha dado su visto bueno al inicio de movilizaciones a partir de la próxima semana tras suspender la compañía sus operaciones el pasado miércoles, como adelantó FARO ayer. La crisis de Transportes Souto, que cuenta con 41 delegaciones repartidas por el territorio nacional y Portugal, afecta a más de 1.500 trabajadores, entre personal directo (unos 700), autónomos y empleados de pymes que operan a través del consorcio.

El cese de operaciones de Souto, que ha dejado de recoger mercancía, cogió por sorpresa a buena parte de la plantilla, que ve ahora su futuro con incertidumbre. La empresa, el mayor transportista de la automoción viguesa desde la década de los setenta, ya ha comunicado a los sindicatos que nombrará un interlocutor para dar sus explicaciones a los trabajadores, en una reunión prevista para mañana o el martes. "No sabemos aún quién es", reconocían ayer fuentes de la Federación de Transporte de CC OO. La plantilla apunta a la abultada deuda del grupo de transportes -69,3 millones de euros en 2016, según la central de datos de Axesor- como principal motivo de la suspensión de la actividad esta semana, que afecta principalmente al sector del automóvil pero también a otras importantes industrias metalúrgicas de la comarca de Vigo.

Fuentes sindicales señalaron que pondrán el caso en conocimiento de la Inspección de Trabajo y apuntaron también como responsables a Gefco y a PSA, por ser los principales clientes de Souto y "conocedores" de la situación que atravesaba la empresa desde hace tiempo. "No han hecho nada por mejorar la situación y por lo que estamos oyendo están repartiendo la carga de trabajo entre otras empresas", apuntaron. Las mismas fuentes añadieron que cuando una empresa de esta dimensión decreta cese de actividad y deja de recoger mercancía es porque ha llegado a una situación de no retorno.

La grupo gallego había registrado en 2016 una facturación de 81 millones de euros (-1,89% respecto al año anterior) y un ebitda de 3,31 millones (-12,96%). La última instalación que abrió fue el pasado mes de agosto en Huelva, de 1.500 m2, dotada de muelles de carga y descarga para todo tipo de vehículos. La anterior había sido en Vigo, en San Andrés de Comesaña, de 13.000 m2 y capacidad de aparcamiento para 100 gabarras, con el objetivo de dar un mejor servicio a la factoría de Balaídos, aunque las instalaciones están ahora vacías.