Menos de mes y medio después de que Rajoy inaugurase los nuevos carriles de Rande, operarios y maquinaria volverán a tomar el emblemático puente de la AP-9. Fomento anunció ayer el inicio de trabajos de mejora en el tablero original del viaducto. Para terminarlos se da varios meses, hasta inicios del verano. La apertura de las "alas" de Rande a finales de 2017 -se hizo in extremis, el 30 de diciembre- permitirá a Audasa comenzar a aplicar ya en 2018 la subida extraordinaria del 1% anual en sus peajes.

El convenio firmado en 2011 entre la concesionaria y Fomento establece que ese encarecimiento, con el que se la compensará durante dos décadas por la inversión realizada en los nuevos carriles de Rande y en Santiago, se empezará a aplicar "a partir del 1 de enero del año siguiente a aquel en que finalicen las obras de ampliación". Fomento aún no aprobó esa subida extraordinaria del 1%, pero sí reconoce que se hará dentro de 2018.

Desde la inauguración de los carriles exteriores, sin embargo, el viaducto no ha dejado de registrar diferentes trabajos. Como ya recogió periódico, los operarios nunca llegaron a despejar del todo el puente. Hace solo unas semanas se podía ver varias docenas encargándose de diferentes labores. Ahora Fomento anuncia obras que se prolongarán durante meses y se centrarán en los carriles centrales.

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Los nuevos trabajos tendrán además una importante incidencia en el tráfico. El departamento de Íñigo de la Serna plantea renovar el firme y repintar el tablero central del puente. También se sanearán los paramentos de los viaductos de aproximación, se sustituirán las juntas de dilatación y se realizarán labores de impermeabilización. Para acometerlo "con las necesarias garantías", el ministerio plantea desvíos alternativos. Mientras los trabajos se centren en los carriles que se usan para circular en sentido Vigo, el tráfico se desviará por uno de los dos que habitualmente acogen a los vehículos que viajan en dirección Pontevedra. Cuando los operarios trabajen en los viales que normalmente se usan para ir hacia Santiago de Compostela o A Coruña, el desvío será el inverso: los vehículos se traspasarán hacia uno de los carriles que se suelen usar en sentido Vigo. En ambos casos, los viales exteriores seguirán operando con normalidad, conectados con O Morrazo. Aunque habrá dos carriles por sentido, en la práctica el tráfico de la AP-9 -sin contar el que parte o se dirige a O Morrazo- se concentrará en un solo vial.

Las obras comenzaron ayer por la noche y según anuncia Fomento en un comunicado avanzarán "de forma continua", aunque su ritmo dependerá en buena medida del parte meteorológico. En la misma nota, el departamento de Íñigo De la Serna explica que su previsión es terminar las labores "antes de la época estival" para no entorpecer el intenso tráfico que se genera a las playas de O Morrazo.

Fuentes del ministerio aseguran que ése es el tope del calendario, pero que las reformas podrían terminarse antes. En cualquier caso, no concretan más plazos. El ministerio insiste de hecho que ha procurado realizar los trabajos en "los meses con menor tráfico". También señalan que estaban contemplados en el "programa de obras".

Con el cambio de año los peajes de la AP-9 se encarecieron un 1,9%, correspondiente al IPC. La subida prevista para este año se sitúa sin embargo en el 3,8%, ya que contempla otros dos conceptos: un 1% en compensación por las obras de ampliación de Rande y los accesos de Santiago de Compostela y otro 0,9% correspondiente a algunas bonificaciones en viajes entre Vigo y Pontevedra. Estas dos últimas subidas sin embargo requieren aprobar una adenda que modifique el Real Decreto que aprobó el convenio de ampliación. Desde Fomento reconocen que de momento no pueden precisar una fecha para aplicarlas, pero sí admiten que "se aplicará en los próximos meses de 2018".

Ese encarecimiento de casi el 4% en un mismo año generó un fuerte rechazo de todo el arco político en el Parlamento de Galicia, incluido el PPdeG, que lo atribuye al acuerdo suscrito por el Gobierno durante el gobierno de Zapatero. En 2016 la concesionaria de la AP-9 ingresó 138,6 millones en peajes y obtuvo un beneficio después de impuestos de 45 millones.