El Concello lanzará esta semana la transformación de Gran Vía. La próxima Junta de Gobierno Local autorizará la licitación del proyecto de humanización del bulevar entre Urzáiz y Plaza de España por un importe de 8,9 millones de euros que la convierte en la actuación municipal más ambiciosa de la última década en el casco urbano. Se pretende ajustar los plazos al máximo con la intención de iniciar los trabajos en el mes de mayo con el objetivo de que las rampas mecánicas que permitirán ascender en menos de tres minutos los 650 metros de pendiente de la calle puedan estar completadas en el primer trimestre de 2019.

La obra se planteó con la misión fundamental de mejorar la movilidad en las inmediaciones de Gran Vía y facilitar el ascenso hacia la futura Ciudad de la Justicia de Pizarro. Cuenta con una importante inyección de fondos europeos destinados a Desarrollo Urbano Sostenible (EDUSI) y su objetivo complementario es devolver a la vida la amplia zona central de Gran Vía actualmente en desuso. Para lograrlo, se ha planteado la reforma como una inmensa senda verde a modo de jardín vertical cubierto por una estructura acristalada en forma de pentágonos irregulares que dan continua sensación de movimiento e irán cambiando de color. El arranque de la plataforma será junto a la actual entrada del parking y el color con el que arrancan los pórticos será un rojo idéntico al de la bandera viguesa.

En el interior de esta estructura transparente para cubrir a los viandantes en días de lluvia convivirán las rampas mecánicas con un paseo peatonal paralelo rodeado de vegetación y caracterizado por la integración de las nuevas tecnologías. El paseo se irá adentrando en tierra alcanzando una profundidad máxima de dos metros en los cruces con María Berdiales, Luis Braille, Ecuador o Venezuela, donde será necesario elevar ligeramente la calzada, creando una especie de puente acristalado, para dar más altura al cubículo interior, que siempre tendrá luz natural.

El proyecto diseñado por Iceacsa conectará la zona comercial de Príncipe con Pizarro mediante la instalación de once tramos de rampas. Su rehabilitación plantea crear cinco zonas diferenciadas o islas a la altura de cada una de las calles que cruzan Gran Vía. En estos puntos se incorporará algún elemento que singulariza cada tramo: música ambiental, suelos interactivos, espacios de ocio y disfrute, puntos wifi y de recarga para móviles, pavimentos que generan energía con las pisadas de los viandantes y diferentes obras de arte.

Cada tramo tiene un planteamiento diferenciado, siendo uno de los más curiosos el dedicado a la temática marina, con pantallas táctiles en el suelo entre las calles Bolivia y Venezuela que proyectarán imágenes que intentarán imitar el movimiento del agua en el mar y su vegetación. En el tramo comprendido entre las calles Ecuador y Paraguay se plantea la instalación de una especie de jardín vertical mientras que entre este último vial y la calle Brasil se colocará una escultura con forma de caracola que proporcionará música ambiental al conjunto.

Estos son algunos de los detalles que recoge el proyecto, que incluye como otro de sus puntos fuertes la creación de una gran plaza pública que ocupará todo el ancho de la calle a la altura del centro comercial. En este ámbito elevado se dará prioridad a los peatones y se intentará mediante la regulación de semáforos dejar este espacio siempre libre de vehículos. "Es un proyecto revolucionario", destacó hace poco el alcalde, Abel Caballero, al presentárselo a un grupo de empresarios.

El proyecto fue aprobado en la tercera semana de diciembre y está previsto que la Junta de Gobierno Local del próximo jueves dé luz verde a la licitación para que las constructoras interesadas puedan presentar ofertas respecto a los 8,9 millones previstos. Ya la redacción del proyecto por 217.000 euros reunió a las principales consultoras e ingenierías del país.