La brecha abierta a nivel municipal entre PP y PSOE y entre el Concello de Vigo y la Xunta a cuenta del abastecimiento en la comarca y la calidad del agua se replica en el Parlamento de Galicia. Los grupos fueron ayer incapaces de llegar a acuerdos para instar al Ejecutivo gallego y al ayuntamiento a promover mejoras en las infraestructuras y canalizaciones de una red que suministra agua a más de 450.000 habitantes de diez concellos distintos.

Los populares rechazaron la iniciativa del BNG pidiendo a ambas partes colaboración para renovar el embalse, las tuberías y la potabilizadora de O Casal, mientras que los socialistas optaban por la abstención al ser rechazada una enmienda en la que dejaban claro que, a su juicio, es un problema de ámbito supramunicipal y la competencia corresponde a la Consellería de Medio Ambiente y al Gobierno central.

El diputado nacionalista Luis Bará, encargado de defender la propuesta, aseguró en la Cámara gallega que los problemas de cantidad y calidad del agua "son responsabilidad del Concello de Vigo", si bien reconoció que hay "inversiones que deben ser compartidas por otras administraciones" por ser una red común a una decena de ayuntamientos. Su planteamiento solo contó con el respaldo de En Marea, que abogó, como hizo el día anterior en el Pleno vigués, por la colaboración institucional para mejorar las infraestructuras de abastecimiento de Vigo y su área.

El PP rechazó el plan del Bloque por entender que corresponde al Concello de Vigo la mejora de la red y fue su diputada Teresa Egerique la encargada de soltar una de las frases de la jornada asegurando que "Vigo está podre y oxidado por debajo", en alusión a las canalizaciones bajo tierra que estarían aún pendientes de renovar. El PSdeG, por su parte, incidió en que la ciudad "necesita" que la Xunta colabore con la financiación para renovar la estación de tratamiento de aguas, denunciando la "obsesiva posición de Feijóo contra Vigo" y su campaña para "alarmar a la ciudadanía" sembrando dudas sobre la calidad del agua. Los socialistas se abstuvieron al no atenderse su enmienda en la que pedían instar a la Xunta, al Estado y al conjunto de concellos que beben de Eiras a implicarse en la ejecución de mejoras.

Políticas municipales

Las críticas del PP en el Parlamento llevaron ayer al alcalde vigués a hacer balance de las mejoras acometidas en las redes de Aqualia. Abel Caballero cifró en 330 los kilómetros de canalizaciones de abastecimiento renovadas en los últimos diez años y en 400 kilómetros las nuevas tuberías de saneamiento. "Heredamos un Vigo con tuberías de hace 80 años. Ningún gobierno anterior hizo nada", denunció el regidor antes de anunciar la aprobación de 80.000 euros para llevar el saneamiento al instituto de Beade y otros 42.000 para mejorar las canalizaciones obsoletas en Jacinto Benavente.