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Impacto de la actualización de las propiedades no declaradas

El catastro sumó 562 nuevas construcciones en un año por la regularización de Hacienda

Más de 200 altas se corresponden con almacenes o garajes -De los bienes detectados el año pasado, 277 se habían edificado ya antes de 2010 -El fisco contabiliza 211.229 inscripciones en el término municipal

La regularización catastral -el catastrazo- afloró en Vigo solo el año pasado más de medio millar de construcciones que elevan a 211.229 las contabilizadas por el Ministerio de Hacienda en el municipio. De ellas, 249 altas se corresponden con almacenes, galpones o garajes mientras que otras 200 son de uso residencial. En total, se incorporan al padrón 562 nuevos bienes que también incluyen solares e instalaciones de todo tipo.

El catastrazo comenzó en Vigo en 2013 y aunque su finalización estaba prevista en 2016, todavía el año pasado se incorporaron 277 bienes que hasta entonces no estaban declarados y que fueron construidos entre 1950 y 2009. También se sumaron otros 288 construidos a partir de 2010 entre los que se incluye obra nueva pero sobre todo propiedades de reciente creación que no habían sido dadas de alta. A 31 de diciembre de 2017 se contabilizan, por lo tanto, 135.257 edificaciones de uso residencial y otras 38.186 destinadas a almacenes o garajes. Existen en el término municipal 6.860 instalaciones de uso industrial, 9.927 de uso comercial y 3.705 oficinas según las estadísticas de Hacienda, que también reflejan que existen 15.122 solares vacíos con una superficie media de 600 metros cuadrados y que suman 964 hectáreas en total (un 26,82 por ciento del suelo total existente).

Asimismo, el nuevo listado incorpora unas dos mil inscripciones que estaban registradas como suelo urbano y que se apuntaron como suelo rústico por estar calificadas como suelo urbanizable sin ordenación detallada. Como tal están catalogadas 189.757 fincas -que pueden ser urbanas o rústicas- mientras que hay 175.463 inscripciones de suelo rústico y 31.365 propiedades rústicas.

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Para el catastrazo, Hacienda modernizó sus sistemas de detección con el empleo de drones cuyas imágenes se completaron con trabajos de campo que permitieron detectar edificaciones de todo tipo como piscinas, galpones o garajes pero también ampliaciones ilegales de viviendas o construcciones agrícolas. Los propietarios de estos nuevos bienes aflorados tuvieron que hacer frente a una tasa común de 60 euros a la que se sumaron los atrasos o impuestos pendientes de liquidación. Es el caso del IBI, un impuesto que acapara el grueso de la recaudación de los ayuntamientos y que en Vigo se eleva a 65 millones de euros, según la previsión para este 2018 en el caso de los bienes inmuebles de naturaleza urbana, mientras que los catalogados como rústicos supondrán un ingreso de unos 50.000 euros y la cuantía del Impuesto sobre Bienes Inmuebles de Características Especiales (Bices) se prevé que alcance este año los 2.450.000 euros.

En estos tres impuestos, que acaparan el 26,84 por ciento del total del presupuesto municipal, el Concello prevé un incremento de un 2,94 por ciento con respecto al año pasado que justifica precisamente en el aumento de los bienes incluidos en el catastro.

Ya en 2016 se incorporó otro medio millar de construcciones al padrón municipal, que en la última década ha sumado casi 12.000 nuevas inscripciones. Del total, uno de cada cinco bienes han sido construidos en la década de los setenta, durante el primer boom inmobiliario. De ese periodo, entre 1970 y 1980 datan 45.854 construcciones mientras que de la burbuja inmobiliaria que se vivió entre los años 2000 y 2090 proceden 35.933 bienes contabilizados ahora por el Catastro. De esos dos periodos proceden, respectivamente, 62 y 132 de las propiedades que se detectaron por primera vez el año pasado mientras que 35 tienen fijado su año de construcción entre 1960 y 1970 (que aglutinan 22.336 edificaciones) y otras 18 fueron levantadas en la década de los 50, de la que proceden 8.635 de las inscripciones. Apenas varían los datos de la década de los ochenta, con 29.262 bienes y tan solo dos nuevos tras la última regularización y de los noventa existen 33.264 construcciones, 28 más detectadas el año pasado.

Con fecha anterior a 1950 hay 13.690 bienes inscritos, una cifra que en 2017 se redujo en medio centenar, bien porque desaparecieron o porque la estructura fue sometida a una reforma integral.

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