Las pérdidas millonarias acumuladas en los últimos años ahogaron de tal manera a la sociedad que gestiona el Auditorio Mar de Vigo -Pazo de Congresos S.A.- que se vio obligada a solicitar el concurso de acreedores con la posterior liquidación de sus bienes y extinción de la misma. Y es que la deuda que generó se eleva a los 84 millones de euros, mientras que su valor patrimonial -el activo de la empresa- se sitúa en cerca de 77 millones. A pesar del ingente pasivo con el que cuenta la entidad, desde su entrada en preconcurso en el Juzgado de lo Mercantil de Vigo se abogó por renegociar su deuda con los acreedores, especialmente porque en los últimos ejercicios estas pérdidas fueron a menos, llegando a facturar en el 2016 más de 1.400.000 euros. Sin embargo este convenio nunca se presentó dentro de los plazos establecidos, lo que abocó por ley a la apertura de la fase de liquidación.
El juez dictó este auto en noviembre de 2017 dando traslado al administrador concursal para elaborar su plan de liquidación. En este acuerdo se establece la forma y medios por los que los derechos de los acreedores serán satisfechos; es decir, cómo se convertirán los bienes y propiedades de la adjudicataria en metálico para repartirlo entre los reclamantes. La venta de esta masa activa o su subasta - como ya se hizo en otros dos concursos ordinarios, Linorsa (Limpiezas del Noroeste) y la conservera Bernardo Alfageme- son los métodos más habituales de liquidación. Sin embargo, este concurso cuenta con dos excepcionalidades: por un lado, se trata de una concesionaria, por lo tanto tienen sus peculiaridades frente a un concurso normal, y por otro, es la primera adjudicataria sobre la que trabaja el Juzgado de lo Mercantil 3 de Pontevedra con sede en Vigo.
Este plan de liquidación fue presentado en el tribunal mercantil hace escasos días. Sus acreedores disponen ahora de 15 días para la presentación de objeciones o matizaciones al mismo. En concreto y según las fuentes consultadas, los reclamantes y el deudor tienen hasta el 6 de febrero como fecha límite para la presentación de estas alegaciones.
Transcurrido dicho plazo, el juez, según estime conveniente para el interés del concurso, resolverá mediante un auto de aprobación del plan en los términos en que hubiera sido presentado o introducir en él modificaciones. También es posible que alguna de las partes presente un recurso de apelación.
Revertir el auditorio
¿Y qué ocurre con la concesión del Auditorio Mar de Vigo otorgada por el Concello? El propio juzgado mercantil ya resolvió en su auto de disolución de la adjudicataria que ésta deberá entregar a la administración local la infraestructura y poner a su disposición los gastos, devengos e ingresos. Pazo de Congresos, cuyos accionistas son las constructoras Sacyr y Puentes y Calzadas además de Merlín Properties y Abanca, tiene de plazo hasta el 31 de marzo de 2018 para hacer entrega del auditorio, que pasará a estar gestionado por el propio Concello vigués. Como ya reiteraron en su momento, el Ayuntamiento celebró que el recinto de Beiramar "pase a ser público y 100% municipal".
El Gobierno local lanzó tras el auto de extinción de Pazo de Congresos un mensaje de tranquilidad garantizando la continuidad de la programación cultural cerrada durante estos meses de transición y avanzó que los servicios jurídicos locales estudian "la mejor fórmula" para gestionar el recinto y abandonar la maltrecha situación económica que caracterizó siempre la actuación de la concesionaria.
Desde que el auditorio abrió en 2011, la sociedad Pazo de Congresos ha elevado sus números rojos al estar infrautilizado el suelo a explotar. En 2013 las pérdidas ascendieron a 2,4 millones y un año después, a 3. El Concello inyectó 5 millones en 2012 y amplió la concesión de 35 a 60 años, el máximo legal.
