Las "turboglorietas" han llegado a Vigo para quedarse y multiplicarse. La primera se instaló hace ya dos años en el cruce de Gran Vía con Illas Baleares y, tras verificar que los accidentes se desplomaban y que la circulación de vehículos ganaba fluidez, el Concello reconvirtió otras seis rotondas de la ciudad desde entonces. La octava se creará esta misma semana. Y no será la última. Entre mañana y el jueves -si el tiempo acompaña- se pintará la ubicada en Eduardo Cabello (Bouzas) para que pueda estar operativa el próximo viernes.

En este caso, aseguran fuentes municipales, el objetivo no es tanto el de reducir la siniestralidad (como sí lo fue en la citada de Gran Vía o en la de la avenida de Castelao) sino el de ganar fluidez, tanto por el elevado número de vehículos ligeros que soporta como, principalmente, por el intenso tráfico de camiones hacia y desde la zona portuaria de Bouzas.

Su configuración será similar a la de las siete que ya están en funcionamiento en Vigo: líneas continuas para evitar cambios de carril arriesgados en su interior (principal causa de accidente) y obligación a los conductores de posicionarse en uno u otro carril antes de entrar en ella en función de la salida que vayan a tomar. De esta forma, los vehículos que lleguen desde Beiramar por el margen derecho de Eduardo Cabello podrán continuar solo hacia la zona portuaria. La gran novedad es que para ello no será preciso pisar el freno. Para agilizar la circulación en este eje, la Concejalía de Tráfico configurará este carril como si fuera una recta al margen de la glorieta y, por lo tanto, desaparecerá la obligación de ceder el paso.

Haz click para ampliar el gráfico

Los conductores que accedan a la rotonda por el carril izquierdo de Eduardo Cabello sí tendrán que frenar. Desde él, y entrando en el interior de la glorieta, podrán también ir hacia la zona portuaria y será además la alternativa para tomar cualquiera de las otras salidas hacia Santo Cristo, Pescadores o hacer un cambio de sentido.

Al igual que para la conversión de la rotonda de la avenida de Beiramar con la calle Coruña, el Concello tuvo que solicitar autorización a la Autoridad Portuaria para la creación de la "turboglorieta" de Eduardo Cabello al estar en terrenos del Puerto. Una vez que entre en funcionamiento, el gobierno municipal tiene previsto modificar también la de la plaza del Bicentenario, que regula el cruce entre Camelias, Venezuela y Marqués de Alcedo.

Según los datos que maneja el departamento municipal de Tráfico, en las siete "turboglorietas" que están actualmente en funcionamiento el número de accidentes se redujo hasta en un 75%. El mayor porcentaje se ha registrado en la que regula el cruce entre la avenida de Castrelos y Portanet. En los doce meses anteriores a su puesta en marcha se contabilizaron 9 siniestros, lo que representa una media de 0,75 cada mes. En los casi 24 meses que lleva como "turboglorieta" se produjeron solo 4, lo que arroja un ratio de solo 0,18.

Una evolución similar se produjo en la de Gran Vía con Illas Baleares. En el último año que funcionó como una rotonda normal, la Policía Local tuvo que intervenir en hasta 31 accidentes. Casi tres al mes. En los 24 meses que lleva funcionando como "turboglorieta" contabilizó 17, lo que representa menos de uno. Una reducción del número de golpes por encima del 70% también se consiguió en la glorieta de la avenida de Castelao ("Alfageme"). En los 20 meses que lleva operativa las colisiones se redujeron un 71%.

Por orden descendente respecto a la disminución de golpes en su interior una vez que se reconvirtieron en "turboglorietas" se sitúan las rotondas de: Samil con avenida de Europa (66,6%); avenida de Europa con VG-20 (41,6%); Jenaro de la fuente con Travesía de Vigo (30,4%) y Beiramar con la calle Coruña (26,5%). Además, y como adelantó este periódico, el mal uso de las glorietas pasó de ser la segunda causa de accidentes en Vigo tras las distracciones a ser la sexta en 2016.