A cinco meses de que venza el plazo de funcionamiento en pruebas de la nueva depuradora del Lagares -mayo de 2018-, las obras complementarias a la construcción del megacomplejo de saneamiento en Coruxo, la urbanización del entorno y la regeneración de la marisma adyacente, también encaran la recta final. Ambas actuaciones ya están iniciadas pero será a partir de ahora cuando sobre esta gigantesca superficie comience a dibujarse la proyectada zona verde pública de 11.000 metros cuadrados con la plantación de más de 3.000 árboles.

Desde el departamento responsable del proyecto, Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), dan por terminada una de las fases menos lucidas del proyecto: la demolición de instalaciones de la vieja depuradora. Solo han quedado en pie dos de las edificaciones pertenecientes a la infraestructura clausurada: la más próxima a la entrada de la depuradora desde Ricardo Mella, que se transformará en un aula de interpretación de la marisma del Lagares; y la lindante con la zona de Muiños, que acogerá el auditorio público para los vecinos de Coruxo.

En relación a estos derribos, el departamento dependiente del Ministerio de Medio Ambiente aclara que "se enmarcan dentro del conjunto de actividades destinadas a la recuperación medioambiental de la marisma del Lagares y la restitución de la línea de deslinde del Dominio Público Marítimo Terrestre". Los trabajos de restauración medioambiental abarcarán en total 70.000 m2 incluyendo la marisma y los terrenos de la antigua Edar. Se trata, añade Acuaes, de una zona de alto valor ambiental "fuertemente degradada que se recuperará para uso público". Como intervenciones más visibles de esta fase humanizadora, el citado departamento destaca la creación de un bosque húmedo y la plantación de 3.000 árboles de diferentes especies. Las labores vinculadas a este ajardinamiento masivo acaban de arrancar. Se concentran en ese "gran parque verde" aledaño al futuro auditorio vecinal de Coruxo. "Un complemento perfecto al "Sendero Azul" que discurre por las inmediaciones, definido así por el Concello, que junto a el ministerio y la Xunta financian los 125 millones invertidos en la nueva depuradora.