Invertir horas en la biblioteca resulta más rentable en carreras como Enfermería o Magisterio que en las ingenierías, cuyos alumnos acostumbran a lidiar con asignaturas pendientes hasta el día de su graduación. Es evidente que en ningún grado se alcanza el aprobado sin esfuerzo y estudio, pero las carreras tecnológicas de la Universidad de Vigo tienen las tasas más bajas de rendimiento -la proporción entre créditos matriculados y superados- frente a títulos como Educación Infantil, Comunicación Audiovisual o los relacionados con las ciencias de la salud, donde los suspensos apenas aparecen en los expedientes estudiantiles.

Lo que no varía entre las distintas áreas de conocimiento es que las alumnas obtienen mejores resultados académicos que sus compañeros. Ellas aprueban más créditos en casi todas las carreras impartidas, incluso en aquellas donde la matrícula es mayoritariamente masculina.

De esta forma, si el porcentaje medio de créditos superados en la institución viguesa en el curso 2016/17 fue del 71%, el de las alumnas aumentó hasta el 79% y el de los chicos se quedó en el 63%. La cifra general es similar a la del conjunto de las universidades españolas, que en el periodo anterior fue del 77,2%, según los datos del ministerio.

¿Pero qué explica las diferencias entre carreras? Más allá de la dificultad de las materias, la vocación de los alumnos o las notas elevadas de corte, que filtran los mejores expedientes, están detrás del ranking de rendimiento académico.

Las ingenierías copan las tasas más bajas, aunque solo en una, Eléctrica, los créditos suspensos superan a los matriculados. Entre ellas también se cuela Administración y Dirección de Empresas -58%- y el doble grado ADE/Ingeniería Informática -62%-.

La ingeniería con la tasa más elevada es Energía -68%- y el otro grado de la Escuela de Minas, el de Recursos Mineros, se queda en el 52%. "Los planes de estudio no están hechos porque sí ni incluyen materias innecesarias, aunque a veces parezcan muy tediosas. Los contenidos son exigidos por ley para que los alumnos puedan ejercer determinadas atribuciones profesionales. Puede cambiar la manera de impartir clase pero los alumnos tienen que tenerlos. No hay margen", explica la directora del centro, Natalia Caparrini.

"Según una encuesta que hicimos el año pasado entre nuestros egresados, lo que más valoran de la formación recibida es la versatilidad adquirida y su capacidad para buscar y resolver problemas. Esto les permite poder enfrentarse a cualquier reto. Y también dicen que en el mundo laboral aplican conocimientos que no creían útiles", destaca.

Para la responsable de la Escuela de Minas y Energía, ninguna materia es imposible si se estudia. "El problema es cuando se acumula todo para el final. Antes se iba solo al examen final pero ahora la evaluación es continua desde el primer día de clase. Aún así, desde que se implantaron los grados los alumnos tardan menos años en acabar", destaca.

En el caso contrario a las ingenierías se encuentran los grados del ámbito educativo y sanitario. Vicente Romo, decano de la facultad pontevedresa de Ciencias de la Educación y el Deporte, apunta a la "calidad" de la plantilla docente del centro y a la vocación de los alumnos.

"No son carreras más fáciles. Tienen otros componentes. Educar a un niño es más importante que diseñar una máquina. Formamos a profesionales que van a contribuir a crear una sociedad más cohesionada, respetuosa con el medio ambiente e integradora con la diversidad a través de una educación en valores", asegura.

Los profesores, reivindica Romo, son la "piedra angular" de una sociedad: "Invertir en educación es invertir en futuro. En Finlandia gozan de mucho prestigio y figuran entre los más valorados".

También los enfermeros contribuyen al bienestar de un país. Y esta responsabilidad contradeciría la hipótesis de que el aprobado sea menos costoso que en otras carreras. "Sería amoral en una profesión que trabaja con pacientes. Es un grado con muchas dificultades y con un elevado número de horas de prácticas en la escuela y en hospitales. Nuestros alumnos salen muy bien preparados y son reconocidos como excelentes profesionales, no solo en España sino también en el extranjero. El año pasado ya tuvimos alumnos en Southampton y nos llegan felicitaciones", celebra la directora de la Escuela del Meixoeiro, Victoria Lojo.

Asimismo, destaca el nivel de los profesores, "más del 95%" son profesionales en activo, y el perfil de los alumnos: "Solo tenemos 50 plazas para una demanda de 500 alumnos y los que consiguen entrar tienen los mejores expedientes".

Natalia Caparrini - Dir.ª Ingeniería de Minas y Energía

"Los contenidos son exigidos por ley para ejercer la profesión"

Vicente Romo - Decano CC. de la Educación y el Deporte

"Educar a un niño es más importante que diseñar una máquina"

Victoria Lojo - Dir.ª Enfermería Meixoeiro

"Una carrera fácil sería amoral, van a tratar con pacientes"